Mientras el mundo contempla múltiples acontecimientos regionales e internacionales que se desarrollan a gran velocidad, el régimen sirio encuentra la oportunidad para cometer más crímenes contra población civil. El día 3 de agosto, el ejército ejecutó dos matanzas consecutivas en Ghouta Oriental, escenario del ataque con armas químicas perpetrado en agosto de 2013. Los aviones de combate dejaron caer más de 2.000 toneladas de material explosivo que provocaron un crimen atroz contra los civiles, especialmente mujeres y niños.
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