Adrián aprovechó la mañana soleada del pasado domingo para pasear con su pareja y conocer la nueva atracción de moda en Cantabria, el columpio gigante de Miera, instalado con una panorámica privilegiada a los Pozos de Noja. Pero al llegar se encontraron el desaguisado. A este vecino de Silió le bastaron un par de minutos para decidirse a escalar por el mástil e intentar que el columpio volviera a su ser: «Le dije a los chavales que no se preocupasen que lo bajaba en un momento». Y en un periquete subió hasta arriba.
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