Los cinco gatos no murieron todos a la vez. Según esta fuente, la dueña "se había encontrado ya con dos de sus gatillos que estaban malitos, ella no sabía qué les pasaba y a la mañana siguiente se le murieron: el veterinario le dijo que habían sido envenenados". La tarde de los actos, M.J. sorprendió a sus vecinos vertiendo las bolas de carne en su patio. "Los cogió y se los llevó rápidamente al veterinario". Se les practicó un lavado de estómago y los análisis ofrecieron restos de metaldehído, principio activo de un molusquicida.
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