A las eléctricas les puede interesar, en determinados contextos, que las tecnologías más caras entren porque el resto no llegan. Y lo que hizo Iberdrola, según el Gobierno de Rajoy y la CNMC, es paralizar sus centrales hidroeléctricas para que no entraran en la subasta y meter, por el contrario, a sus centrales de gas natural para que marcaran el precio. El resultado: una factura un 10% más cara, también para millones de personas en situación de pobreza energética. Noticia de junio de 2021.
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