Ocurrió hace dos décadas y parece que fue ayer. Administraciones públicas, grandes superficies, pequeños comercios… todos inflaron los precios. ¿Resultado? El IPC subió un 4% en el primer año de vida del euro, sólo por detrás de Irlanda y Portugal. Y, ya se sabe que, a río revuelto, ganancia de pescadores. Grandes almacenes, cafeterías, tiendas, cadenas hoteleras, intermediarios… todos hicieron su particular agosto. Los márgenes de beneficio llegaron a crecer en algunos casos hasta el 300%
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