Lo que hace Apple (y otras muchas tecnológicas) es establecer en los distintos países empresas que son meros comisionistas, aunque en realidad son los que realizan el negocio y generan el beneficio. El resultado es que estos comisionistas simplemente generan los beneficios por su actuación como intermediario, mientras que el grueso de los beneficios va a la matriz, con sede en Irlanda.
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