Durante el tiempo que Parque Animal estuvo abierto, el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) calcula que unos 2.183 perros y gatos fueron ejecutados por Marín o sus ayudantes, frecuentemente sin control veterinario. En el registro que esta rama de la Guardia Civil realizó en 2010, encontraron congeladores con unos cincuenta perros. De acuerdo con los investigadores, el rigor mortis no era únanime entre los cadáveres: algunos de ellos pudieron haber sido introducidos con vida.
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