El imputado no sólo agredió con un cincel a su perro, un setter inglés, tal como él mismo reconoció ante los agentes que se desplazaron al lugar, según la versión de estos últimos, sino que introdujo al animal en una bolsa de basura y la arrojó al contenedor. "Al llegar, tras una llamada ciudadana, se pudo comprobar como efectivamente en un contenedor de basura se sentía respirar dentro de un saco de color verde, cerrado. En el interior se encontraba un perro malherido, con varios golpes en la cabeza", aseguraron fuentes policiales.
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