El cura, cuyas iniciales son M. O. D., quedó en libertar el pasado agosto tras prestar declaración ante el juez instructor, que le impuso una seria de medidas cautelares. La denunciante fue una catequista de la parroquia atendida por el sacerdote que aseguró que había recibido besos y tocamientos no deseados. El denunciado sostuvo ante el juez que se trató de una relación consentida.
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