En Bretaña las temperaturas demasiado suaves de octubre han permitido a los avispones asiáticos sobrevivir un poco más y, por tanto, proseguir sus ataques. En Landerneau, un apicultor se ha convertido en el enemigo número uno de los avispones asiáticos para intentar proteger a sus abejas. Para ello, ha modificado la receta tradicional de la trampa casera con jarabe de grosella negra, cerveza y agua. Y, al parecer, su trampa casera funciona.
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