Antonio Ontañón, historiador, ha explicado que la consigna del régimen franquista era que "de los rojos no quedara ni rastro" y que había que aplicarles "la muerte física y la desaparición jurídica". El testigo ha asegurado que en la tapia oeste del cementerio de Santander era donde se procedía a las ejecuciones y que en ningún caso quedaba reflejada la identidad de los fallecidos porque el objetivo era "su desaparición". En ese cementerio, según Ontañón, hay al menos doce zanjas con 100 cadáveres cada una.
|
etiquetas: antonio ontañón , historiador , rojos , franquismo