Desde Teruel a Alcañiz, levantados sobre las tierras arcillosas de la provincia y a los lados de la carretera, pueden adivinarse los restos de un trazado ferroviario que empezó a construirse en los años 20 y que nunca llegó a terminarse. No es solamente que se adivinen, es que hay edificios de piedra y ladrillo completamente terminados –ahora medio derruidos–, un trazado de la vía casi concluido, andenes e incluso túneles terminados que jamás vieron pasar un tren.
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