Hace un año que un gobierno de izquierda radical fue elegido en Grecia; su líder Alexis Tsipras, prometió acabar con la austeridad. Yanis Varoufakis, su ministro de Finanzas, llegó a Londres poco después y causó una sensación en los medios. Había un gobierno que ignoraba las convenciones burguesas y estaba buscando pelea. Las expectativas eran altas. Un año después, Syriza está aplicando fielmente las políticas de austeridad que antes censuraba. Ha purgado a su ala izquierda y Tsipras ha desechado su radicalismo para mantenerse en el poder...
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