La cría perdió la conciencia, no abría los ojos y no reaccionaba ante ningún tipo de estímulo. A las dos profesoras les faltó tiempo para tomar a Natalia en brazos, cruzar una carretera y plantarse en el cuartel de la Guardia Civil de Santa Fe pidiendo auxilio: los escasos cincuenta metros de distancia entre el cuartel y la escuela se transformaron en una maratón, se hicieron eternos. La pequeña Blancanieves seguía sin volver en sí... (Vídeo de la entrevista en el enlace a ideal.es)
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