Los retrasos en el desarrollo de la nueva estación de La Sagrera en la capital catalana se deben a las supuestas irregularidades detectadas en varios contratos por las diferencias entre la ejecución de obras y las certificaciones aprobadas por Adif. El contrato se adjudicó en marzo de 2010 por 588 millones a dos consorcios: ACS, Acciona, Comsa y Sorigué se encargaron de la estructura de la estación, por 366 millones, y FCC, Ferrovial, Copisa y Rubau, de los accesos, por 222 millones.
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