Llegamos desde Polonia, donde habíamos visitado Auschwitz, que nos pareció un horror por la gente haciéndose selfis en los hornos. Pues Chernóbil es todavía peor. En nuestro hotel se alojaba un viaje de fin de curso de chavales italianos, no pegamos ojo en toda la noche. El año que viene nos vamos a Guantánamo, a conocer el campo de detención. También va mucha gente, pero por lo menos hay playa.
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