Iñaki Urdangarín tiene los días contados en Telefónica. La inminente imputación del yerno del Rey por presunta apropiación de fondos públicos y, sobre todo, su marginación de los actos oficiales de la Familia Real por su "conducta no ejemplar", han encendido las luces de alarma en la multinacional que preside César Alierta. La preocupación en la cúpula de la operadora es máxima por el potencial daño a su imagen que puede provocar la continuidad del duque de Palma
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