También en las crisis económicas hay efectos colaterales. ¡Ojo!, "efectos" y no "daños", porque los hay de signo positivo, beneficiosos para la renta de las familias, alivios en medio de los nubarrones del temporal económico, alegrías que abren la sonrisa a los bolsillos de la recesión. No hay mal que por bien no venga.
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