A pesar de los tímidos intentos del manifiesto por ser inclusivo, los hechos son más fuertes que las palabras, la invisibilización de las mujeres racializadas en la huelga del 8-M es prácticamente absoluta. Los medios incentivan un feminismo mainstream expresamente blanco. Con el femenismo hegemónico en este país 1+1 es solamente 1 con un lavado de cara inclusivo, con una mujer negra en el cartel y poco más. La deshumanización de la mujer racializada es nuestra principal prioridad y una cuestión tan compleja, no se resuelve con una huelga.
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