La obra artística está alimentada por una batería solar, de modo que «pueda sonar para siempre». Algo altamente improbable diría yo, porque a pesar de que su ubicación exacta es «secreta» y quizá nadie la encuentre, robe y/o vandalice, raro sería que debido a las inclemencias del tiempo el montaje resista los vientos, las temperaturas y la arena del lugar. Pero oye, quién sabe.
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