D'Zhana Simmons, de Carolina del Sur (E.E.U.U.) comentó que la experiencia de tener una máquina bombeando la sangre por ella durante tanto tiempo había sido "espantosa, pues nunca podías estar segura de que no fuese a fallar". D'Zhana tuvo que estar todo ese tiempo conectada a la máquina mientras esperaba un donante. No es el caso de mayor tiempo conectado a una máquina de bombeo, pues un alemán estuvo unos nueve meses, pero sí para un adolescente. Vía digg.
|
etiquetas: adolescente , corazón