Unas de las quejas más comunes de los pasajeros en los aeropuertos era el alto coste de las botellas de agua. Aena atendió a sus demandas y en marzo de 2018 impuso la obligación a todas las tiendas de conveniencia y máquinas expendedoras que se alojan en los espacios comerciales de los aeropuertos españoles a disponer de botellas de agua pequeñas al precio máximo de un euro. Pero poco ha durado la alegría de los viajeros sedientos. Porque una sentencia del Tribunal Supremo ha obligado a cambiar los nuevos contratos de arrendamientos.
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