Con el miedo profundamente arraigado desde el ataque a su hijo, Fátima admite que no puede soportar la presión. «Desde que Mounir fue apuñalado, no puedo comer. El susto me ha cerrado el estómago», confesó en una emotiva entrevista con Espejo Público. La tensión en el barrio es palpable, y Fátima asegura que la envidia por el éxito de Lamine está detrás de muchas de las hostilidades que enfrenta su familia. A pesar de su dolor, Fátima se ve obligada a abandonar su hogar. «Me da pena irme del barrio. El otro día me dijeron que lo que le pasó ...
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La teoría que se inventa y reparte "el DeFache"
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«Si quieren matarme, estoy aquí sentada en esta plaza», asegura
Diciendo una cosa y la contraria en el titular y el cotitular, con dos huevazos
Jugara del pais que tenga nacionalidad