Cuando era niño Jorge Ilegal (Avilés 1955) pedía a los seres mágicos ser calvo porque odiaba el ritual de la peluquería: hasta ese detalle capilar le concedió el destino. Mejor así pienso ahora al contarle las venas latentes de la frente así se airea más su cráneo privilegiado de hombre punki con exceso de lecturas de Quevedo y de Góngora. Un tipo anfibico con verborrea del siglo de Oro pero que de joven salía a la calle con un stick de hockey por si tenía que disuadir a los malos de sus planes. Atesora guitarras, poemas y una ingente...
|
etiquetas: musica