¿Qué podemos hacer para no caer en el ego, la autocomplacencia y, en definitiva, perder lo que nos ha hecho fuertes? Supongo que esto no es como el pan, o como preparar percebes —hervir un minuto en agua y mucha sal—. No hay recetas fáciles ni instantáneas ni, mucho menos que sirvan para todo el mundo. Pero el desafío me ha hecho pensar y atreverme a describir lo que serían mis 7 antídotos favoritos. Y, con la misma sinceridad que los comparto, estaré encantado de recibir más ideas y más antídotos.
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