A Wes Anderson le va cortar o que falten trozos del cuerpo; a Paul W. S. Anderson, los pasillos malditos y/o mortales; a Martin Scorsese, protagonistas que se hablan a sí mismos en el espejo; a Tony Scott, que Denzel Washington salve la situación encima o cerca de un puente; a Yorgos Lanthimos, las masturbaciones sin ganas; y a Michael Mann, los tipos duros que miran al mar.
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