Leyendo acerca del simposio eclesial sobre pederastia celebrado en Roma no puedo por menos de sentirme sorprendido por algunas incongruencias que veo en la noticia. Nuestro amigo alemán lleva en la silla de San Pedro siete años, y de creerle a usted, al menos tres antes de ser Papa en lugar del Papa estaba dedicado en cuerpo y alma a combatir la pederastia en la Iglesia. En ese tiempo, ustedes han confesado cuatro mil abusos. No uno ni dos: CUATRO MIL. Llámeme tiquismiquis, pero ¿se puede saber qué es lo que le debemos agradecer a Su Santidad?
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