“Cada pocas semanas llega un bloque pequeño de carne de ternera al laboratorio. Los técnicos extraen células satélites del músculo, un tipo de célula madre que se encarga de la regeneración muscular tras las heridas, y las ponen en las placas con una mezcla de nutrientes que ayudan a las células a multiplicarse. Después van a la incubadora, donde crecen en delgadas fibras musculares de 0,05 centímetros”.
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