Media docena de empleados trabajaban este viernes en un taller textil a las afueras de Ottawa para satisfacer el repentino auge del sentimiento nacionalista en Canadá. Son los encargados de abastecer la última e inesperada guerra cultural norteamericana: la batalla de las gorras. Aquí, y en una decena de otras factorías repartidas por Montreal, Vancouver y Toronto, bordan el mensaje “Canadá no se vende”, la bandera con la hoja de arce y 1867, año de la fundación del país...
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Nada une más que tener un enemigo común. Nunca falla
Como seria?
Como rusia invadiendo finlandia?
O algo aun mas gracioso?
Lo malo es que esto puede llevar a una guerra civil en Canadá, o al menos , a una fuerte división social. A lo mejor Ontario no quiere unirse a los yanquis pero Saskatchewan si (por nombrar dos aleatorios). ¿Que hacemos entonces? Si los usanos invaden Saskatchewan y los Saskatchewanos los acogen con los brazos abiertos, qué harán en Ontario?
Como cuando la gente justifica al islam para criticar al cristianismo.
Que no, que ambos son horribles, y es igual de asqueroso un patriotismo americano, que uno canadiense
Los catalanes se pensaba que les iría muy bien. Que mejor marroquíes que españoles y, mira por donde, les está yendo de pena.