La carne cubre el hueso y dentro le ponen un cerebro y a veces un alma, y las mujeres arrojan jarrones contra las paredes y los hombres beben demasiado, y nadie encuentra al otro, pero siguen buscando, de cama en cama. La carne cubre el hueso y la carne busca algo más que carne. No hay ninguna posibilidad: estamos todos atrapados por un destino singular. Nadie encuentra jamás al otro. Los tugurios, se llenan, los vertederos, se llenan, los manicomios, se llenan, los hospitales, se llenan, las tumbas,...