Una de las conclusiones más pintorescas de la ciencia moderna (y de la teoría de la evolución en particular), al menos para la mentalidad tradicional, es la inexistencia de la humanidad. No existen un primer hombre y una primera mujer "humanos" porque la idea platónica de humanidad no tiene cabida en la explicación científica sobre nuestros orígenes. La teoría de la evolución devalúa el relato de Adán y Eva (y otros relatos asociados, sigularmente la metafísica de la encarnación cristiana), al mostrar que la humanidad no es una esencia [...]