La izquierda intervencionista termina por adulterar el sistema y enfermarlo, a la vez, detrae más riqueza de la que el sistema genera. Al final,siempre, cuando el huésped agoniza la izquierda lo abandona expulsada en elecciones y de nuevo un partido de derecha ha de hospitalizar al enfermo, restituirlo y ponerlo de nuevo crear riqueza. Cuando hay dinero de nuevo, la derecha es expulsada,porque el pueblo percibe que no hay tantos beneficios. La izquierda invoca su redistribución y vuelve a desecar el sistema. Es la pescadilla mordiéndose la cola