Es un fenómeno que se vio antes en otras infecciones, tanto por virus como por bacterias, que atacan y dañan las neuronas, entre ellas la gripe. La diferencia es que el grado de incidencia que la anosmia y la parosmia tienen en el COVID-19 es más alta en comparación. “Los investigadores tienen una cosecha abundante de casos para estudiar”, agregó el periódico financiero en referencia a los trabajos que han realizado científicos de los Estados Unidos y Europa
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