Crónica de unos muchachos sobre sus peripecias en Islandia, donde la red de carreteras está dispuesta de tal manera que el trazado no afecte a los montículos rocosos en los que, según la leyenda popular, habitan los elfos. La tradición también dice que muchas de las formaciones de origen volcánico que hay en el país son, en realidad, trolls que se convirtieron en piedra cuando les dio la luz del sol. La formidable naturaleza de Islandia invita a pensar que, de existir, los duendes elegirían este paisaje de cuento para vivir.