Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro.
Godofredo III "el jorobado" fue hijo de Godofredo II "el barbudo" y padre de Godofredo de Bouillón primer rey de Jerusalén, al que siguió Balduino I y luego Balduino II y, tras un par de reyes, Balduino III y luego Balduino IV "el leproso", al que siguió Balduino V que, muriendo muy joven, pasó el trono a Sibila que, tras casarse, paso el reino a Guido de Lusignan que descalabró su ejército ante Saladino y a continuación perdió Jerusalén, lo que fue un tropiezo de dimensiones cósmicas.
Prontuario genealógico de los feudos mediterráneos en la Alta Edad Media, @helisan
"El radicalismo de la selección natural reside en su poder para destronar algunas de las comodidades más profundas y tradicionales del pensamiento occidental, en particular la noción de que la benevolencia, el orden y el buen diseño de la naturaleza, con los humanos en una cima sensata de poder y excelencia, prueba la existencia de un creador omnipotente y benevolente que nos ama por encima de todo (la versión teológica a la antigua), o al menos que la naturaleza tiene direcciones significativas, y que los humanos encajan en un patrón sensato y predecible que regula la totalidad (la versión moderna y más secular).
Frente a estas creencias, la selección natural darwiniana presenta la postura más contraria imaginable. Sólo una fuerza causal produce el cambio evolutivo en el mundo de Darwin: la lucha inconsciente entre organismos individuales por promover su propio éxito reproductivo personal; nada más, y nada superior (ninguna fuerza, por ejemplo, trabaja explícitamente por el bien de las especies o la armonía de los ecosistemas). Richard Dawkins reduciría el foco de la explicación un paso más allá, a los genes que luchan por el éxito reproductivo dentro de cuerpos pasivos (organismos) bajo el control de los genes, una idea hiperdarwinista que considero una caricatura lógicamente errónea y básicamente estúpida de la intención genuinamente radical de Darwin.
Los mismos fenómenos que los puntos de vista tradicionales citan como prueba de benevolencia y orden intencional -el buen diseño de los organismos y la armonía de los ecosistemas- surgen mediante el proceso de selección natural de Darwin sólo como consecuencias secundarias de un principio causal singular de significado aparentemente opuesto: los organismos luchan sólo por sí mismos. (El buen diseño se convierte en una vía hacia el éxito reproductivo, mientras que la armonía de los ecosistemas registra un equilibrio competitivo entre vencedores). El sistema de Darwin debe considerarse moralmente liberador, no cósmicamente deprimente. En cualquier caso, las respuestas a las preguntas morales no pueden hallarse en la facticidad de la naturaleza, así que ¿por qué no darse el "baño frío" de reconocer que la naturaleza no es moral y no está construida para responder a nuestras esperanzas? Después de todo, la vida existió en la Tierra durante 3.500 millones de años antes de que llegáramos nosotros; ¿por qué deberían los caminos causales de la vida coincidir con nuestras prescripciones sobre el significado o la decencia humana?"
Stephen Jay Gould, "Fundamentalismo darwiniano".
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator
Apple no es la única empresa en el negocio de los semiconductores con una cadena de suministro sorprendentemente compleja. A finales de la década de 2010, ASML, la empresa de litografía holandesa, había pasado casi dos décadas intentando que la litografía ultravioleta extrema funcionara. Para ello fue necesario recorrer el mundo en busca de los componentes más avanzados, los metales más puros, los láseres más potentes y los sensores más precisos. EUV fue una de las mayores apuestas tecnológicas de nuestro tiempo. En 2012, años antes de que ASML produjera una herramienta EUV funcional, Intel, Samsung y TSMC habían inver tido directamente en ASML para garantizar que la empresa tuviera la financiación necesaria para continuar desarrollando las herramientas EUV que requerirían sus futuras capacidades de fabricación de chips. Sólo Intel invirtió 4.000 millones de dólares en ASML en 2012, una de las apuestas más importantes que haya hecho la empresa.
La idea detrás de las herramientas de litografía EUV había cambiado poco desde que Intel y un consorcio de otras empresas de chips habían donado a varios de los laboratorios nacionales de Estados Unidos “lo que parecía dinero infinito para resolver un problema imposible”, como dijo uno de los científicos que trabajó en el proyecto. él. El concepto siguió siendo muy similar al del microscopio inver tido de Jay Lathrop: crear un patrón de ondas de luz usando una “máscara” para bloquear parte de la luz y luego proyectar la luz sobre químicos fotorresistentes aplicados a una oblea de silicio. La luz reacciona con los fotorresistentes, lo que permite depositar material o grabarlo en formas perfectamente formadas, produciendo un chip funcional.
Lathrop había utilizado luz visible simple y fotoprotectores disponibles en el mercado producidos por Kodak. Utilizando lentes y productos químicos más complejos, finalmente fue posible imprimir formas tan pequeñas como unos cientos de nanómetros en obleas de silicio. La longitud de onda de la luz visible es en sí misma de varios cientos de nanómetros, dependiendo del color, por lo que eventualmente enfrentó límites a medida que los transistores se hicieron cada vez más pequeños. Posteriormente, la industria pasó a diferentes tipos de luz ultravioleta con longitudes de onda de 248 y 193 nanómetros. Estas longitudes de onda podían tallar formas más precisas que la luz visible, pero también tenían límites, por lo que la industria puso sus esperanzas en la luz ultravioleta extrema con una longitud de onda de 13, 5 nanómetros.
El uso de luz EUV introdujo nuevas dificultades que resultaron casi imposibles de resolver . Mientras que Lathrop utilizó un microscopio, luz visible y fotoprotectores producidos por Kodak, todos los componentes EUV clave tuvieron que crearse especialmente. No se puede simplemente comprar una bombilla EUV. Para producir suficiente luz EUV es necesario pulver izar una pequeña bola de estaño con un láser. Cymer, una empresa fundada por dos expertos en láser de la Univer sidad de California en San Diego, había sido un actor importante en las fuentes de luz litográficas desde los años 1980. Los ingenieros de la empresa se dieron cuenta de que la mejor solución era disparar una pequeña bola de estaño que medía treinta millonésimas de metro de ancho y que se movía en el vacío a una velocidad de unos trescientos kilómetros por hora. Luego se golpea la lata dos veces con un láser, el primer pulso para calentarla, el segundo, conver tirlo en plasma con una temperatura de alrededor de medio millón de grados, muchas veces más caliente que la superficie del sol. Este proceso de explosión de estaño se repite cincuenta mil veces por segundo para producir luz EUV en las cantidades necesarias para fabricar chips. El proceso de litografía de Jay Lathrop se había basado en una simple bombilla como fuente de luz. El aumento de la complejidad desde entonces fue alucinante.
La fuente de luz de Cymer sólo funcionó gracias a un nuevo láser que podía pulver izar las gotas de estaño con suficiente potencia. Esto requirió un láser basado en dióxido de carbono más potente que cualquiera que existiera anteriormente. En el ver ano de 2005, dos ingenieros de Cymer se acercaron a una empresa alemana de herramientas de precisión llamada Trumpf para ver si podía construir un láser de este tipo. Trumpf ya fabricó los mejores láseres basados en dióxido de carbono del mundo para usos industriales como el corte de precisión. Estos láseres eran monumentos del mecanizado según la mejor tradición industrial alemana. Debido a que alrededor del 80 por ciento de la energía que produce un láser de dióxido de carbono es calor y sólo el 20 por ciento luz, extraer calor de la máquina es un desafío clave. Trumpf había ideado previamente un sistema de sopladores con ventiladores que giraban mil veces por segundo, demasiado rápido para depender de cojinetes físicos. En cambio,
Trumpf tenía una reputación y un historial de brindar la precisión y confiabilidad que Cymer necesitaba. ¿Podría entregar el poder? Los láseres para EUV debían ser sustancialmente más potentes que los láseres que Trumpf ya producía. Además, la precisión que exigía Cymer era más exigente que cualquier cosa con la que Trumpf se hubiera enfrentado anteriormente. La compañía propuso un láser con cuatro componentes: dos láseres “semilla” que son de baja potencia pero cronometran cada pulso con precisión para que el láser pueda alcanzar 50 millones de gotas de estaño por segundo; cuatro resonadores que aumentan la potencia del haz; un “sistema de transporte de haz” ultrapreciso que dirige el haz a más de treinta metros hacia la cámara de gotas de estaño; y un dispositivo de enfoque final para garantizar que el láser dé un impacto directo, millones de veces por segundo.
Cada paso requirió nuevas innovaciones. Los gases especializados de la cámara láser debían mantenerse a densidades constantes. Las propias gotas de estaño reflejaban luz, que amenazaba con volver a brillar en el láser e interferir con el sistema; Para evitarlo, se requirió una óptica especial. La empresa necesitaba diamantes industriales para proporcionar las “ventanas” a través de las cuales el láser salía de la cámara y tuvo que trabajar con socios para desarrollar nuevos diamantes ultrapuros. Trumpf tardó una década en dominar estos desafíos y producir láseres con suficiente potencia y confiabilidad. Cada uno requirió exactamente 457.329 componentes.
Después de que Cymer y Trumpf encontraran una manera de explotar el estaño para que emitiera suficiente luz EUV, el siguiente paso fue crear espejos que recogieran la luz y la dirigieran hacia un chip de silicio. Zeiss, la empresa alemana que construye los sistemas ópticos más avanzados del mundo, había construido espejos y lentes para sistemas de litografía desde los días de Perkin Elmer y GCA. Sin embargo, la diferencia entre las ópticas utilizadas en el pasado y las requeridas por EUV era tan grande como el contraste entre la bombilla de Lathrop y el sistema de Cymer de hacer estallar gotas de estaño.
El principal desafío de Zeiss fue que el EUV es difícil de reflejar. La longitud de onda de 13, 5 nm del EUV está más cerca de los rayos X que de la luz visible y, como ocurre con los rayos X, muchos materiales absorben el EUV en lugar de reflejarlo. Zeiss comenzó a desarrollar espejos hechos de cien capas alternas de molibdeno y silicio, cada capa de un par de nanómetros de espesor. Los investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Liver more habían identificado esto como un espejo EUV óptimo en un artículo publicado en 1998, pero construir un espejo de este tipo con precisión a nanoescala resultó casi imposible. Al final, Zeiss creó espejos que eran los objetos más lisos jamás fabricados, con impurezas que eran casi imperceptiblemente pequeñas. Si los espejos de un sistema EUV se escalaran al tamaño de Alemania, dijo la compañía, sus mayores irregularidades serían de una décima de milímetro.
Para Frits van Houts, que asumió la dirección del negocio EUV de ASML en 2013, el aporte más crucial a un sistema de litografía EUV no era ningún componente individual, sino la propia habilidad de la empresa en la gestión de la cadena de suministro. ASML diseñó esta red de relaciones comerciales "como una máquina", explicó van Houts, produciendo un sistema finamente ajustado de varios miles de empresas capaces de cumplir con los exigentes requisitos de ASML. La propia ASML sólo producía el 15 por ciento de los componentes de una herramienta EUV, estimó, y compraba el resto a otras empresas. Esto le permitió acceder a los productos mejor diseñados del mundo, pero también requirió una vigilancia constante.
La empresa no tuvo más remedio que confiar en una única fuente para los componentes clave de un sistema EUV. Para gestionar esto, ASML profundizó en los proveedores de sus proveedores para comprender los riesgos. ASML recompensó a ciertos proveedores con inver siones, como los mil millones de dólares que pagó a Zeiss en 2016 para financiar el proceso de I+D de esa empresa. Sin embargo, los mantenía a todos bajo estándares exigentes. "Si no se porta bien, le compraremos", le dijo a un proveedor el director general de ASML, Peter Wennink. No fue una broma: ASML terminó comprando varios proveedores, incluido Cymer, después de concluir que podía gestionarlos mejor por sí mismo.
El resultado fue una máquina con cientos de miles de componentes cuyo desarrollo requirió decenas de miles de millones de dólares y varias décadas. El milagro no es simplemente que la litografía EUV funcione, sino que lo hace de manera suficientemente confiable como para producir chips de manera rentable. La confiabilidad extrema era crucial para cualquier componente que se colocara en el sistema EUV. ASML se había fijado el objetivo de que cada componente durara una media de al menos treinta mil horas (unos cuatro años) antes de necesitar reparación. En la práctica, las reparaciones serían necesarias con más frecuencia, porque no todas las piezas se estropean al mismo tiempo. Las máquinas EUV cuestan más de 100 millones de dólares cada una, por lo que cada hora que una está fuera de línea cuesta a los fabricantes de chips miles de dólares en producción perdida.
Las herramientas EUV funcionan en parte porque su software funciona. ASML utiliza algoritmos de mantenimiento predictivo para adivinar cuándo es necesario reemplazar los componentes antes de que se rompan, por ejemplo. También utiliza software para un proceso llamado litografía computacional para imprimir patrones con mayor precisión. La imprevisibilidad a nivel atómico en la reacción de las ondas de luz con los productos químicos fotorresistentes creó nuevos problemas con EUV que apenas existían con la litografía de longitud de onda más grande. Para detectar anomalías en la forma en que se refracta la luz, las herramientas de ASML proyectan luz en un patrón que difiere del que los fabricantes de chips quieren imprimir en un chip. Imprimir una “X” requiere utilizar un patrón con una forma muy diferente pero que termina creando una “X” cuando las ondas de luz inciden en la oblea de silicio.
El producto final, los chips, funciona de manera tan confiable porque solo tiene un componente: un bloque de silicio cubierto con otros metales. No hay partes móviles en un chip, a menos que cuentes los electrones que se mueven en su interior. Sin embargo, la producción de semiconductores avanzados ha dependido de algunas de las maquinarias más complejas jamás fabricadas. La herramienta de litografía EUV de ASML es la máquina herramienta producida en masa más cara de la historia, tan compleja que es imposible usarla sin una capacitación exhaustiva por parte del personal de ASML, que permanece en el sitio durante toda la vida útil de la herramienta. Cada escáner EUV tiene un logotipo ASML en su costado. Pero la experiencia de ASML, la compañía admite fácilmente, fue su capacidad para orquestar una extensa red de expertos en óptica, diseñadores de software, compañías de láser y muchos otros cuyas capacidades eran necesarias para hacer realidad el sueño de EUV.
Es fácil lamentar la deslocalización de la fabricación, como lo hizo Andy Grove durante los últimos años de su vida. Que una empresa holandesa, ASML, hubiera comercializado una tecnología iniciada en los Laboratorios Nacionales de Estados Unidos y financiada en gran medida por Intel sin duda habría irritado a los nacionalistas económicos estadounidenses, si alguien hubiera estado al tanto de la historia de la litografía o de la tecnología EUV. Sin embargo, las herramientas EUV de ASML no eran realmente holandesas, aunque fueron ensambladas en gran medida en los Países Bajos. Los componentes cruciales provinieron de Cymer en California y de Zeiss y Trumpf en Alemania. E incluso estas empresas alemanas dependían de piezas críticas de equipos producidos en Estados Unidos. La cuestión es que, en lugar de que un solo país pueda enorgullecerse de ser propietario de estas herramientas milagrosas, son producto de muchos países. Una herramienta con cientos de miles de piezas tiene muchos padres.
"¿Funcionará?" Andy Grove le había preguntado a John Carruthers antes de inver tir sus primeros 200 millones de dólares en EUV. Después de tres décadas de inver sión, miles de millones de dólares, una serie de innovaciones tecnológicas y el establecimiento de una de las cadenas de suministro más complejas del mundo, a mediados de la década de 2010, las herramientas EUV de ASML finalmente estaban listas para implementarse en el chip más avanzado del mundo.
La guerra de los chips. Chris Miller
"Las plagas, en efecto, son una cosa común, pero es difícil creer en las plagas cuando las ve uno caer sobre su cabeza. Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y sin embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas. El doctor Rieux estaba desprevenido como lo estaban nuestros ciudadanos y por esto hay que comprender sus dudas. Por esto hay que comprender también que se callara, indeciso entre la inquietud y la confianza. Cuando estalla una guerra las gentes se dicen: "Esto no puede durar, es demasiado estúpido." Y sin duda una guerra es evidentemente demasiado estúpida, pero eso no impide que dure. La estupidez insiste siempre, uno se daría cuenta de ello si uno no pensara siempre en sí mismo. Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo, eran humanidad: no creían en las plagas. La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan, y los humanistas en primer lugar, porque no han tomado precauciones. Nuestros conciudadanos no eran más culpables que otros, se olvidaban de ser modestos, eso es todo, y pensaban que todavía todo era posible para ellos, lo cual daba por supuesto que las plagas eran imposibles. Continuaban haciendo negocios, planeando viajes y teniendo opiniones. ¿Cómo hubieran podido pensar en la peste que suprime el porvenir, los desplazamientos y las discusiones? Se creían libres y nadie será libre mientras haya plagas."
La peste, Albert Camus
Pero lejos de este maravilloso mundo de la superficie, otro mundo aún más extraño se ofreció a nuestros ojos cuando miramos desde la borda: suspendidas en esas bóvedas marinas flotaban las madres que criaban a sus hijos y otras que, por su enorme circunferencia, parecían próximas a parir. Como ya he insinuado, el lago era muy transparente. Y así como los hijos de los hombres, cuando maman, fijan su tranquila mirada más allá del pecho materno, como si tuvieran dos existencias distintas al mismo tiempo y al recibir ese sustento mortal se alimentaran de algún recuerdo ultraterreno, del mismo modo las crías de esas ballenas parecían mirar hacia nosotros, pero no a nosotros, como si sólo hubiéramos sido briznas de algas ante sus ojos de recién nacidos. Flotando inclinadas sobre un lado, las madres también parecían mirarnos tranquilamente. Uno de esos niños que, por algunos indicios, apenas parecía tener un día de vida, medía quizá unos catorce pies de largo y unos seis de diámetro. Era muy vivaz, aunque su cuerpo no parecía del todo restablecido de la incómoda posición ocupada en el redículo materno, donde el feto yace como un arco tártaro, la cabeza contra la cola lista para el salto final. Las delicadas aletas laterales y las de la cola aún conservaban ese aspecto rugoso que tienen las orejas de un niño recién llegado de comarcas extrañas.
TRÁNTOR — … Al comienzo del decimotercer milenio, esta tendencia alcanzó su punto culminante. Como centro del Gobierno imperial durante ininterrumpidos centenares de generaciones, y localizado, como estaba, en las regiones centrales de la Galaxia, entre los mundos más densamente poblados e industrialmente avanzados del sistema, no pudo dejar de ser el grupo humano más denso y rico que la raza había visto jamás. Su urbanización, en progreso continuo, había alcanzado el punto máximo. Toda la superficie de Trántor, 1.200 millones de kilómetros cuadrados de extensión, era una sola ciudad. La población, en su punto máximo, sobrepasaba los cuarenta mil millones. Esta enorme población se dedicaba casi enteramente a las necesidades administrativas del imperio, y eran pocos para las complicaciones de dicha tarea. (Debe recordarse que la imposibilidad de una administración adecuada del imperio galáctico bajo la poca inspirada dirección de los últimos emperadores fue un considerable factor en la Caída.) Diariamente, flotas de decenas de miles de naves llevaban el producto de veinte mundos agrícolas a las mesas de Trántor… Su dependencia de los mundos exteriores en cuanto a alimentos, y, en realidad, todas las necesidades de la vida, hicieron a Trántor cada vez más vulnerable a la conquista por el bloqueo. Durante el último milenio del imperio, las numerosas y hasta monótonas, revueltas hicieron conscientes de ello a un emperador tras otro, y la política imperial se convirtió en poco más que la protección de la delicada yugular de Trántor…
Enciclopedia Galáctica.
Issac Asimov, Fundación.
“Aspiro, señores, a que reconozcáis que la mujer tiene destino propio; que sus primeros deberes naturales son para consigo misma, no relativos y dependientes de la entidad moral de la familia que en su día podrá constituir o no constituir; que su felicidad y dignidad personal tienen que ser el fin esencial de su cultura”. Toda educación que no fuese destinada a ese fin último de independencia, de individualidad, no sería educación “sino doma y poda”.
El parecer es uno: enfermedad sagrada. No hay que hablar y actuar como hijos de nuestros padres.
Esta gris inocencia que inerme nos rodea. […] ¿Cuántos años hace que no veo un río en crecida?, ¿Cuántos años hace que vivo en esta cobardía que nos asegura nuestra disciplina sin adversidades?, ¿desde cuándo llamamos bondad al miedo?
Lo digno para los efesios mayores de edad sería ahorcarse todos y dejarles el gobierno a los menores; ellos que desterraron a Hermodoro, el más valioso de entre ellos, aseverando: "que nadie entre nosotros sea el más valioso, y si lo fuere, en otra parte y con otros". ¡Ojalá que no os falte la riqueza, efesios, para que quede probado lo perversos que sois!
Pues los mejores prefieren una cosa a todo: fama perpetua a lo mortal, mientras que la mayoría se hartan como bestias. Los cerdos se complacen más en el fango que en el agua pura. Los asnos preferirían el forraje al oro.
Incapaces de escuchar y de hablar. Escuchando sin entender, a sordos se asemejan. Les cuadra el testimonio del dicho: "presentes, están ausentes". No entienden los más las cosas con las que se topan, ni pese a haberlas aprendido las conocen, pero a ellos se lo parece.
El hombre necio gusta de pasmarse ante cualquier razonamiento... ¿Qué sensatez o qué inteligencia es la de esos? Dan crédito a los recitadores de los pueblos y toman al vulgo por maestro, sin saber que los más son malos y pocos los buenos. Meras creencias lo que el más acreditado conoce y custodia; justicia se encargará de los artífices y testimonieros de mentiras.
Homero merecía que lo expulsaran de los certámenes y que lo azotaran, y Arquíloco, otro tanto . Se ven engañados los hombres respecto al conocimiento de cosas manifiestas, de modo muy semejante a Homero, que llegó a ser tenido por más sabio que los griegos todos. Pues esos menores que estaban matando piojos lo confundieron al decirle: "Cuántos vimos y cogimos los dejamos, pero los que ni vimos ni cogimos los llevamos".
Heráclito de Éfeso, S. VI / V a.C., (textos seleccionados).
Vivíamos a cuerpo de rey. Bebíamos como cosacos. Nos amaban mujeres de bandera. Gastábamos a espuertas. Pagábamos con oro, plata y dólares. Lo pagábamos todo: el vodka y la música. El amor lo pagábamos con amor, el odio con odio.
Me gustaban mis compañeros porque nunca me habían defraudado. Era gente sencilla, sin formación. Pero, a ratos, me dejaba boquiabierto lo extraordinarios que podrían llegar a ser. Y, en aquellos momentos, le daba las gracias a la Naturaleza por haberme hecho un ser humano.
Me gustaban los maravillosos amaneceres de primavera, cuando el sol retozaba como un chiquillo, derramando por el cielo colores y centelleos. Me gustaban los cachazudos ocasos de verano, cuando la tierra exhalaba chicharrina y el viento acariciaba con ternura los campos olorosos para refrescarlos.
Me gustaba también el otoño abigarrado, embelesador, cuando el oro y la púrpura caían de los árboles y tejían tapices floreados sobre las veredas, mientras unas neblinas canosas se columpiaban, colgadas del ramaje de los abetos.
Me gustaban también las gélidas noches de invierno, cuando el silencio convertía el aire en una masa pegajosa y la luna meditabunda adornaba la blancura de la nieve con diamantes.
Y vivíamos entre aquellos tesoros y aquellas maravillas, envueltos en colores y centelleos, como niños extraviados que de pronto despiertan en un cuento de hadas. Vivíamos y luchábamos, pero no por unos despojos de existencia, sino por la libertad de ir de un sitio a otro y trabar amistades… En nuestras cabezas bramaban los vendavales, en nuestros ojos jugueteaban los relámpagos, bailaban las nubes y se reían las estrellas. Salvas de carabinas nos daban la bienvenida y nos despedían, muchas veces anunciando una muerte que bailaba impotente a nuestro alrededor sin saber a quién raptar primero.
A menudo, el placer de vivir me dejaba sin aliento. De vez en cuando, los ojos se me empañaban sin que viniera a cuento. De vez en cuando, alguien soltaba una imprecación soez y, al mismo tiempo, me obsequiaba con una sonrisa infantil y me tendía una mano callosa y fiel.
Se pronunciaban pocas palabras. Pero eran palabras de verdad, que yo podía entender fácilmente a sabiendas de que no eran juramentos ni palabras de honor y, por tanto, podían darse por seguras…
Así los días estúpidos y las noches alocadas, que Alguien nos había regalado en recompensa de algo, galopaban entre serpenteos de colorines.
Y, por encima de todo aquello, por encima de nosotros, de la tierra y de las nubes, en la zona norte del cielo, corría el extraño Carro…, reinaba la magnífica, la única, la embrujada Osa Mayor.
El enamorado de la Osa Mayor. Sergiusz Piasecki
Había una vez un científico que descubrió el arte de reproducirse a sí mismo tan perfectamente que resultaba imposible distinguir el original de la reproducción.
Un día se enteró de que andaba buscándole el Ángel de la Muerte, y entonces hizo doce copias de sí mismo.
El ángel no sabía cómo averiguar cuál de los trece ejemplares que tenía ante sí era el científico, de modo que los dejó a todos en paz y regresó al cielo.
Pero no por mucho tiempo, porque, como era un experto en la naturaleza humana, se le ocurrió una ingeniosa estrategia.
Regresó de nuevo y dijo: "Debe de ser usted un genio, señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo; sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto, un único y minúsculo defecto".
El científico pegó un salto y gritó: "¡Imposible! ¿Dónde está el defecto?".
"Justamente aquí", respondió el ángel mientras tomaba al científico de entre sus reproducciones y se lo llevaba consigo. "Todo lo que hace falta para descubrir al 'ego' es una palabra de adulación o de crítica".
Extraído del libro “La oración de la rana”, de Anthony de Mello.
Item todo aquel que el culo pusiere en faz de otro omne, o con el mismo en la cara pedo diere, peche CCC ssolidj et salga enemigo si pudiere seer provado. Si non, que iure con VI uezinos et sea creydo.
Fuero de Zorita de los Canes, folio LV verso. Siglo XIII
-No tengais miedo de las inteligencias artificiales. Cuando sean lo bastante grandes y sofisticadas, explotarán.
-¿Y qué te hace pensar eso?
-¿Qué te crees, si no, que fue el Big Bang?
El profesor A Donda. Stanislaw Lem
"En cierto pueblo de Siberia todos los osos son blancos. Tu vecino fue a ese pueblo y vio un oso. ¿De qué color era el oso? "
Aleksandr Románovich Lúriya, neuropsicólogo y médico ruso.
Explicación: Luria describió esta falacia lógica en uno de sus viajes para visitar un poblado indígena en el centro de Asia. Quería descubrir si existía una suerte de razonamiento lógico que fuera usado en todas las culturas y sociedades. Curiosamente, la respuesta más habitual entre los miembros de ese pueblo fue: “No lo sé, ¿por qué no se lo pregunta a mi vecino?”.
Auschwitz no fue obra de mafiosos ni de terroristas. Auschwitz fue obra de funcionarios.
El encargo. Friedrich Dürrenmatt
Me subo a una silla y voy bajando al suelo las cajas de singles. Habrá siete u ocho en total, y aunque las dejo en el suelo procurando no fijarme demasiado en lo que contienen, sin querer me llama la atención el primer single de la última caja: es un James Brown de la King, treinta años de antigüedad, de modo que se me hace la boca agua sólo de pensar en el festín que me aguarda.
Cuando me pongo a repasar como es debido, entiendo que tengo entre manos el cargamento que siempre soñé encontrar, siempre, desde que empecé a coleccionar discos. Hay singles de los Beatles en edición especial y limitada para los clubs de fans; está la primera docena de singles de los Who, y hay originales de Elvis, de principios de los sesenta; hay montones de singles de blues y de soul, y... ¡un ejemplar del «God Save the Queen», de los Sex Pistols, editado por la A&M! ¡No lo había visto en mi vida! Y... ¡oh, no! ¡Oh, no! ¡Dios, no! Está «You Left the Water Running», de Otis Redding, en la edición especial hecha siete años después de su muerte, retirada inmediatamente del mercado por su viuda porque no le...
—¿Qué te parece?
Me mira apoyada contra el marco de la puerta, con los brazos cruzados, una media sonrisa por la cara de bobo que seguramente se me habrá puesto.
—Es la mejor colección que he visto en mi vida.
No tengo ni idea de qué puedo ofrecerle. El lote debe de valer al menos seis o siete de los grandes, y ella lo sabe. ¿De dónde voy a sacar tanta pasta?
—Pues dame cincuenta libras y te los puedes llevar todos hoy mismo.
Me la quedo mirando: acabamos de dar oficialmente el salto a Chistelandia Fantástica, que es donde aparecen esas viejecitas que te pagan unos buenos dineros para convencerte de que te lleves sus muebles estilo Chippendale. Lo que pasa es que no me las estoy viendo con una viejecita, y ella sabe de sobra que lo que tiene ahí vale muchísimo más de cincuenta libras. ¿Qué está pasando?
—¿Son robados?
Se echa a reír.
—No creo que me hubiese valido la pena, ¿verdad que no?, llevarme todo este lote por una ventana para sacar en total cincuenta libras. No, son de mi marido.
—Entiendo. ¿Así que últimamente no se lleva demasiado bien con él?
—Ni me llevo ni me dejo de llevar. Se ha largado a España, a no sé qué costa, con una chavala de veintitrés años. Una amiga de mi hija, para más señas. Y ha tenido el morro de llamarme y pedirme dinero prestado. Yo le he dicho que no, así que me ha pedido que venda su colección de singles y que le envíe el cheque por lo que saque, quedándome un diez por ciento de comisión. Ahora que me acuerdo, asegúrate de darme un billete de cinco libras, porque quiero enmarcarlo y colgarlo de la pared.
—Le tiene que haber costado muchísimo tiempo reunir esta colección, ¿sabe?
—Sí, años enteros. Esta colección es más o menos el único éxito que ha tenido en toda su vida.
—¿Tiene trabajo?
—Él dice que es músico, pero... —Hace una mueca de incredulidad y de desprecio—. No hace otra cosa que gorronearme y pasarse el día ahí sentado, con el culo cada vez más gordo, mirando los sellos de los discos.
Imagínate: vuelves a casa y te encuentras con que se han pulido tus singles de Elvis y tus singles de James Brown, tus singles de Chuck Berry y todos los demás por cuatro perras, por puro despecho. ¿Qué harías? ¿Qué dirías?
—Mire, ¿no puedo pagarle como es debido? Ni siquiera tendría que decirle a él cuánto ha sacado por los singles: le manda las cuarenta y cinco libras y el resto se lo gasta en lo que quiera, o lo da para obras de caridad, o lo que sea.
—No, ése no es el trato. Quiero ser odiosa pero justa.
—Bueno, lo siento. Yo... prefiero no tener nada que ver con este asunto.
—Como quieras. Seguro que hay otros muchos que sí.
—Ya, lo sé de sobra. Por eso estoy intentando llegar a un acuerdo. ¿Qué le parece mil quinientas? Lo más probable es que la colección valga cuatro veces más.
—Sesenta.
—Mil trescientas.
—Setenta y cinco.
—Mil cien. Y de ahí no bajo.
—Pues yo no pienso vendértela por más de noventa.
Los dos estamos sonriendo. Es difícil imaginar otras circunstancias en las que pudiera darse semejante negociación.
—Es que así mi marido podría permitirse el lujo de volver a casa, ¿entiendes? Y eso sí que no, de ninguna manera.
—Lo lamento, pero creo que lo mejor será que busque a otro.
Cuando regrese a la tienda me pondré a llorar a moco tendido, a llorar como un crío durante un mes entero, pero es que no puedo animarme a hacerle a ese tío semejante putadón.
—Por mí, estupendo.
Me levanto para marcharme, pero me vuelvo a arrodillar. Sólo quiero echar una última mirada con calma.
—¿No me podría vender solamente este single de Otis Redding?
—Desde luego que sí. Diez peniques y es tuyo.
—Venga, por favor. Déjeme pagarle diez libras; por mí, como si después quiere regalar todos los demás.
—Hecho, pero sólo porque te has tomado la molestia de venir hasta aquí, y porque eres un tío con principios. Y sólo por esta vez. No pienso vendértelos uno a uno.
Fragmento de Alta Fidelidad (1995) de Nick Hornby
Cuando al cuerpo le dan por el culo, el espíritu revierte en la metafísica. Así lo afirma Parménides en un texto que, por desgracia, se ha perdido.
El asombroso viaje de Pomponio Flato, Eduardo Mendoza
El hombre es el único ser que consume sin producir. No da leche, no pone huevos, es demasiado débil para tirar del arado y su velocidad ni siquiera le permite atrapar conejos. Sin embargo, es dueño y señor de todos los animales.
En Francia somos militares y somos ciudadanos, otro motivo de orgullo: ¡ser ciudadanos! Esto consiste, para los pobres, en sostener y conservar a los ricos en su poderío y ociosidad. Han de trabajar ante la majestuosa equidad de las leyes que prohíben, al rico como al pobre, acostarse bajo los puentes, mendigar en las calles y robar pan. Es uno de los beneficios de la Revolución. Como la Revolución fue hecha por tontos y por imbéciles, en provecho de los compradores de bienes nacionales, y en realidad sólo conduce al enriquecimiento de los aldeanos taimados y de los burgueses usureros, alzó con el nombre de igualdad el imperio de la riqueza, y entregó Francia a los hombres adinerados, que la devoran de un siglo acá. Son dueños y señores. El Gobierno aparente, compuesto de pobres diablos lastimosos y calamitosos, está sometido a los banqueros. En este país envenenado, de cien años a esta parte, a quien se apiada de los infelices se le supone traidor a la sociedad. Se juzga peligroso al miserable. Asimismo se han dictado leyes contra la indignación y la misericordia.
Anatole France, El lirio rojo (1894)
El sargento Colon había tenido una amplia educación. Había estado en la escuela de Mi Padre Siempre Decía, la universidad de Es De Cajón y ahora era estudiante de posgrado en la facultad de Me Lo Ha Dicho Un Tío En El Pub.
"Voto a Bríos", Terry Pratchett.
-Hola. Buenas tardes. Su suscripción a nuestra web caducó hace dos semanas. Es el momento de decidir si quiere renovar, o prefiere prescindir de nuestro servicio.
-Prefiero prescindir.
-De acuerdo. Muchas gracias.
-Dame el número de cuenta para ingresaros la cuota, que no sé dónde lo tengo.
Cuando trabajé en un servicio de atención al cliente. 2014
-Creo que la vida te resulta tan complicada porque piensas que hay gente buena y gente mala -empezó el hombre-. Pero te equivocas, desde luego. Únicamente hay gente mala, lo que pasa es que algunas personas ocupan posiciones enfrentadas.
Hizo un gesto en dirección a la ciudad, y se acercó a una ventana.
-Es un inmenso mar de maldad -dijo, casi como hablando de una propiedad suya-. Poco profundo en algunas zonas, claro, pero enorme, terriblemente profundo en otras. Siempre hay gente como tú que construye frágiles barquitas de normas e intenciones vagamente buenas, y decís que eso es lo bueno, lo que triunfará al final. ¡Es increíble!
Dio una amable palmadita a Vimes en la espalda.
-Ahí abajo -siguió-, hay gente que seguirá a culaquier dragón, que adorará a cualquier dios, que cerrará los ojos a cualquier iniquidad. Aceptarán toda maldad cotidiana. No es la maldad creativa, aguda, de los grandes pecadores, sino una especie de oscuridad masiva de las almas. Pecado sin originalidad, se podría decir. Aceptan el mal, no porque digan sí, sino porque dicen no. Lo lamento si esto te ofende -añadió, dando unas palmaditas en el hombro del capitán-, pero los que son como tú nos necesitan.
-¿Sí, señor?
-Oh, sí. Somos los únicos que sabemos hacer funcionar las cosas. Verás, lo único que hacen bien las personas buenas es librarse de las malas. Eso lo hacéis de maravilla, desde luego. El primer día suenan las campanas porque ha caído el tirano, y al siguiente todo el mundo empieza a quejarse porque, desde que se fue el tirano, no funciona el servicio de recogida de basuras. Porque la gente mala sabe hacer planes. se podría decir que es un requisito imprescindible para ser malo. Hasta el último tirano malévolo ha tenido un plan para dominar el mundo. En cambio, la gente buena no parece comprender el concepto.
(¡Guardias! ¡Guardias! Terry Pratchett).
"Está claro que la gente no quiere guerras...
Pero después de todo, son los dirigentes del país los que deciden la política, y siempre resulta sencillo llevarse a la gente de calle, ya sea en una democracia, una dictadura fascista, un parlamento o una dictadura comunista. Con voz o sin ella, siempre se puede conseguir que la gente haga lo que se les antoja a los dirigentes. Es fácil. Basta con decirles que se les está atacando y denunciar la falta de patriotismo de los pacifistas".
Hermann Goering (18 Abril 1946, en el juicio de Nüremberg).
Para que sean los brazos obreros cada vez más obedientes y baratos, los
países pobres necesitan legiones de verdugos, torturadores, inquisidores, carceleros
y soplones.
Para alimentar y armar a esas legiones, los países pobres necesitan
préstamos de los países ricos.
Para pagar los intereses de esos préstamos, los países pobres necesitan más
préstamos.
Para pagar los intereses de los préstamos sumados a los préstamos, los
países pobres necesitan aumentar las exportaciones.
Para aumentar las exportaciones, productos malditos, precios condenados a
caída perpetua, los países pobres necesitan bajar los costos de producción.
Para bajar los costos de producción, los países pobres necesitan brazos
obreros cada vez más obedientes y baratos.
Para que sean los brazos obreros cada vez más obedientes y baratos, los
países pobres necesitan legiones de verdugos, torturadores, inquisidores...
Eduardo Galeano -Memoria del fuego III El siglo del viento
I Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
II Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
mas que duró lo que vio,
pues que todo ha de pasar
por tal manera.
III Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir,
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
IV Dejo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores;
A Aquel solo me encomiendo
Aquel sólo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo no conoció
su deidad
V Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
VI Este mundo bueno fue
si bien usásemos dél
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquel
que atendemos.
Aun aquel Hijo de Dios,
para subirnos al cielo,
descendió
a nacer acá entre nos,
y a morir en este suelo
do murió.
VII Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor
aun primero que miramos
las perdemos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen,
de ellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen.
Jorge Manrique
menéame