Para que sean los brazos obreros cada vez más obedientes y baratos, los
países pobres necesitan legiones de verdugos, torturadores, inquisidores, carceleros
y soplones.
Para alimentar y armar a esas legiones, los países pobres necesitan
préstamos de los países ricos.
Para pagar los intereses de esos préstamos, los países pobres necesitan más
préstamos.
Para pagar los intereses de los préstamos sumados a los préstamos, los
países pobres necesitan aumentar las exportaciones.
Para aumentar las exportaciones, productos malditos, precios condenados a
caída perpetua, los países pobres necesitan bajar los costos de producción.
Para bajar los costos de producción, los países pobres necesitan brazos
obreros cada vez más obedientes y baratos.
Para que sean los brazos obreros cada vez más obedientes y baratos, los
países pobres necesitan legiones de verdugos, torturadores, inquisidores...
Eduardo Galeano -Memoria del fuego III El siglo del viento