Las aguas termales naturales de Bath, conocidas por su reputación de más de 2,000 años en la curación, contienen una pequeña legión de bacterias que combaten patógenos. Investigadores biomédicos de la Universidad de Plymouth analizaron el agua, sedimentos y biopelículas bacterianas del King’s Spring y el Great Bath, encontrando 300 tipos diferentes de bacterias, de las cuales 15 mostraron actividad de amplio espectro contra patógenos como E. coli, Staphylococcus aureus y Shigella flexneri.