Un ratón que royera unos muebles o un lobo que se llevara una oveja; un ruido que se escuchara en casa y se creyese proviniera de algún espíritu imaginario; una vela que se apagara de improviso y que se atribuía a un demonio. Todo esto y mucho más, podían ser presagios de lo que podría suceder…
|
etiquetas: antigua roma , augusto , aves , presagios , augurios