Cultura y divulgación
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Los negocios del alma (la obsesión de Lucas de la Calzada)

Si el mediodía nos cogía arando, el abuelo detenía las vacas y, despojándose respetuosamente de la boina, rezaba el Ángelus. El resto del día lo dedicaba a trabajar y a preparar los aperos necesarios para el trabajo del día siguiente. Un hombre recto y trabajador que hacía tres breves paréntesis cada día para atender a sus convicciones religiosas. Yo había vivido este ambiente desde siempre y me parecía todo tan normal que me causó gran desazón oír un día a mis espaldas, con tono que me pareció despectivo, que mi abuelo era un meapilas.

| etiquetas: religión , lucas de la calzada , meapilas , rezo , capellanía , presentero

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