Primero, no añoremos el futuro. Con honestidad reconozcamos que la civilización occidental capitalista se encuentra como esos pueblos acorralados por excavadoras que saben que todo el tiempo que les queda son 10 ó 15 años a lo sumo, lo que tarde el progreso económico en construir la presa que los inundará. Es una evidencia, para la gran mayoría de los seres humanos, que esta civilización acabará antes que sus propias vidas. La crisis ecológica, energética y alimentaria a escala global es, científicamente, inevitable.