2022 está siendo un año desastroso para los glaciares suizos que se derriten a un ritmo vertiginoso. La causa es clara: un aumento notable de las temperaturas en los Alpes y un descenso acusado de las precipitaciones de nieve y como efecto añadido: el polvo del Sahara. Arrancó con una capa de nieve excepcionalmente ligera, y posteriormente, entre marzo y mayo, una gran cantidad de polvo de arena procedente del desierto del Sahara se asentó en la zona. esta circunstancia hizo que se absorbiera más calor y la nieve se derritiera más rápido.
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