Las inundaciones del 29 de octubre en Valencia, que también impactaron en menor medida en Cuenca, Albacete y Málaga, están ya consideradas como la más graves de la historia de España y, por el momento, las peores del siglo XXI. Las cifras iniciales de fallecidos y desaparecidos, sumadas a las de las pérdidas materiales y de destrozos en viviendas e infraestructuras encogen el alma.