Tras cenar dos hamburguesas con queso, Joseph P. Jernigan se sentó en la cámara y se preparó para morir. Fue ejecutado en 1993 por una inyección de cloruro potásico. Había donado su cuerpo a la ciencia, pero no sabía que pasaría a ser
inmortal formando parte de un experimento científico sin precedentes. Tras la ejecución su cádaver fue congelado y cortado en 1.812 láminas de escasos milímetros, fotografiado y digitalizado convirtiéndolo en el primer
atlas digital de la anatomia humana: The Visible Human Project. [ver comentario
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