La restricción calórica no es una dieta basura, de esas que prometen hacerte perder peso a marchas forzadas, pero a costa de tu salud o con un efecto rebote importante. En este caso, su efectividad está probada. Y tiene un fundamento científico que se explica en dos brochazos. “Restringir calorías es como pisar el freno del metabolismo basal, es decir, disminuir lo que consumen las células para llevar a cabo sus funciones diarias”, explica Leanne Redman, investigadora del Centro de Investigación Biomédica Pennington (EE. UU.).