Todología con los 12 monos
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El cartelito de Youtube

El cartelito de Youtube

Es posible que mucha gente ignorante se halle desconcertada ante el aviso que recién ha lanzado Youtube, aunque es más probable que esa gente no tenga un bloqueador de publicidad en su navegador.

Aún así, para esos improbables casos, comparto aquí una pequeña traducción libre.

Lo que dice Youtube:

Lo que en realidad te está diciendo:

Como siempre, muchos de nadas.

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El cruasán de chocolate

Tendría cuatro o cinco años así que hace casi 40 años de esto.

Iba por la calle con mis padres y me compraron para merendar -ese mágico momento de la infancia que es la merienda- un suntuoso cruasán de chocolate. Hay que establecer las bases de las adicciones lo más pronto posible y todos sabemos que el azúcar es la cocaína de los infantes así como el sexo es la que va a encontrar mayor respaldo social en el futuro.

Hasta aquí una estampa costumbrista de una familia que querría ser de clase media en los 80. Pero hete aquí que a los pocos pasos, creo que ni lo había mordido, lo estaría desenvolviendo de ese papel marrón finito que antes ponían en las panaderías, cuando me encontré con un caballero, sentado en el suelo, a mi altura, dada mi corta edad. Facciones marcadas por las hostias de la vida, pendiente de afeitado y el desaliño general que suele acompañar a quién está en la calle pidiendo. Lo que vendría a ser un pobre, vamos.

Y a uno, que nunca ha tenido mucho conocimiento y seguramente cada día menos, sólo se le ocurrió, aún con el dolor de desprenderse de un amor que nunca llegó a ser, ofrecerle el suntuoso cruasán.

La situación que creó el puto bambino era rara de cojones, porque el tipo sin duda hubiera agradecido la ofrenda, pero naturalmente levantó la mirada hacia mis padres, quién sabe si en busca de aprobación.

No recuerdo exactamente como se resolvió aquello, si le dieron algo o no, pero me suena que yo terminé merendando mi cruasán y alguna conversación al respecto. Hoy podría decir que mis padres fracasaron con mi educación, pero lo cierto es que fui yo el que fracasé educándolos a ellos.

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¿Cuáles fueron las causas del Anschluss?

A raíz de la entrevista de Carlson Tucker a Putin, de unas dos horas, una expresión en particular sobre un hecho histórico ha copado la polémica, en concreto la palabra "forzar" para referirse a la anexión de Polonia en lo que fue el inicio de la segunda guerra mundial.

Hay un artículo en portada del tipo "fact checking" que da veracidad al hecho, a la vez que pretende resolver con la misma naturalidad un hecho histórico, probablemente más que controvertido, con la naturalidad de quien abre un diccionario y busca una entrada.

Es sorprendente la cantidad de líneas que se dedica a la traducción de una mera palabra, sin embargo el análisis histórico se reduce a poco más que "Hitler atacó a Polonia porque quería que los alemanes vivieran allí."

Afortunadamente la discusión de por qué Hitler decide invadir Polonia es bastante más interesante que eso, de lo que los vencedores escriben sobre los perdedores como poco cabe dudar, algo que en algunos casos parece inconveniente. A tal punto llega la cosa que en algunos países está prohibido abordar el tema.

Al final las mentes simples necesitan explicaciones más simples aún y ése es el discurso que nos llega a través de los grandes medios, en la línea teórica del mismo Goebbels: el mensaje ha de tener el nivel del más tonto del rebaño y de ese modo se asegura que todos lo entienden.

Es hasta divertido como el nazismo ha pasado a la historia como una suerte de pura encarnación del mal en lugar de como uno de los aspectos más sombríos de la condición humana, y Hitler como el diablo mismo, sino su enviado, sin reparar apenas en la confluencia de intereses y circunstancias que finalmente lo situó allí. Y es la explicación más apropiada, así la responsabilidad recae sobre un solo hombre, o unos pocos. El problema es que no nos acerca mucho a la verdad.

Si nos remitimos a los hechos objetivos lo cierto es que a Alemania le zumbaron bien dos veces en el mismo siglo. Y hace nada les volaron el Nordstream, bajo la complaciente mirada de su propio estamento político. Tan complaciente como la del gobierno de Vichy, se diría.

Yendo a Putin, es cierto que la forma de expresarlo llama la atención, pero cualquiera que haya estudiado la segunda guerra mundial sabe que sus causas están en el final de la primera.

En ese sentido hay una anécdota interesante y bastante ilustrativa sobre un vagón de tren.

Tampoco debería sorprender a nadie que el ataque de Pearl Harbor tenga como causa directa el bloqueo de exportaciones de petroleo por parte de EEUU a Japón que les ponía en una situación estratégica muy complicada.

Pero volviendo a Polonia, la verdad es que presenta algunos paralelismos interesantes con Ucrania, aunque sin duda las diferencias sean aún mayores.

Si los intereses, vamos a decir occidentales, finalmente se impusieran allí, muy probablemente nadie recordaría los intentos de Kiev, con miles de víctimas, de someter a una parte de la población en el este que no se adhirió a lo que ya no sería un golpe de estado orquestado, oh, casualidad, por esos mismos intereses occidentales.

Por eso no sorprende que en el caso de Polonia se desestimen razones semejantes, al final todos "sabemos" por qué Hitler invadió Polonia. Porque estaba loco y era nazi.

Y todos sabemos que los yankis, por puro amor a la libertad, nos salvaron de él, aunque los rusos llegaran primero y pusieran 20 millones de muertos en el frente oriental. Y aunque IBM les hiciera el programa de gestión de los campos de concentración, eso ya son detalles sin importancia, para qué preguntarnos de donde sacaba el petróleo para la guerra Alemania, no sea que demos con el árbol genealógico de algún expresidente y director de la CIA. Que en EEUU hubiera campos de concentración para japoneses en aquel contexto tampoco importa a nadie, ni que desinfectaran a los mexicanos en la frontera con Zyklon-B.

De hecho algunas cosas no se pueden ni investigar so pena de ser tachado de revisionista y antisemita (y ojo, no es que no los haya) por parte de los intereses que han convocado a todo un colectivo de personas procedentes de diversos países en la tierra que dicen que les prometió Yavhé mientras erradican mediante un genocidio a la gente que ya había allí.

Todos sabemos muchas cosas excepto la fundamental: que no sabemos una puta mierda.

De hecho hace unos días, recordando las célebres palabras de Sócrates, caí en la cuenta de que se puede estar en una condición mucho más desfavorable que la de no saber nada: saber todo mal.

Aún así, qué duda cabe de lo polémica que es la expresión de Putin. Más allá de los que ya van predispuestos a sacar punta a cualquier cosa y que redactan la sentencia para hacerla encajar con el veredicto que ya tienen, que ya andan salivando por estos lares, sus palabras pueden ser oportunas para abrir un discusión algo más interesante: ¿Cuáles fueron las causas del Anschluss?

Puede que para muchos la respuesta quede dentro del terreno de las "obviedades" ya expresadas aquí, pero en otras partes del mundo las cosas se ven de otra manera. Sin ir más lejos, tengo entendido que en el lejano oriente mucha gente está convencida de que el origen de la pandemia de Covid-19 que dio lugar a que Trump hablara de "ese virus chino" tiene su origen en unos juegos militares celebrados por aquellas fechas en Wuhan. Hasta el propio congreso norteamericano parece haber propuesto estudiar tales tesis. Qué locura, ¿no?

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Atemperando a Bach (Desde la teoría marxista)

Ya hace más de 300 años del primer libro de “El clave bien temperado” de Bach. En él desarrolla una obra para cada una de las tonalidades, demostrando entre otras cosas que su método de afinación temperada* funciona para todas las tonalidades. Dentro e lo que es el paradigma de la música occidental, por supuesto.

Es un avance teórico y técnico respecto al problema que ya hizo fruncir el ceño a Pitágoras, bastantes siglos antes. No muchos de los no avezados en teoría musical lo conoce pero no difícil de explicar.

Si hemos de hablar de los pitagóricos, y más en este contexto, es imposible no recordar la anécdota de la irracional raíz de dos. A pesar de la belleza y la importancia capital del teorema que lleva su nombre terminaron en un escollo: el simple triángulo rectángulo con catetos de valor uno arroja una longitud irracional para la hipotenusa.

En un número irracional, como lo es también pi, la secuencia decimal se diría que no termina nunca. No debería resultarnos difícil entender el modo en que la interpretación de tal asunto podía llegar a turbarles, se cuenta que tanto como para para tirar por la borda a un advenedizo que reveló el oscuro secreto que perturbaba su armoniosa visión del mundo. O eso es lo que nos ha llegado. Seguramente podrían haber aceptado una fracción, un número racional, en lugar de uno natural, pero en ningún caso uno irracional.

Sin duda apuntaba a un error en su interpretación del mundo. Y no es que el mundo haya dejado de ser “elegante”, pero sin duda es más complejo. Comento la anécdota como ejemplo porque pasa algo parecido con la música.

Los hertzs (o hercios) vinieron después, pero Pitágoras ya se dio cuenta de que los tonos que producen las pulsaciones de dos cuerdas, de la mitad y el doble de tamaño la una respecto al otra, producen una relación que el oído entiende como “armoniosa”. Y lo mismo en la relaciones enteras: 2:1 la octava, 3:2 la quinta y así.

Hoy definimos la octava como el doble o la mitad de la frecuencia, en lugar de la longitud de la cuerda, pero dada la relación matemática existente es exactamente lo mismo. Y se ha impuesto el La de 440 Hz que para los que ya somos un poco viejunos nos sonará como el tono de línea que ofrecía el teléfono al descolgarlo. Eso era un tono sinusoidal puro, sin armónicos, que son otras frecuencias que suelen acompañar a los sonidos naturales, de 440 ciclos por segundo, que es lo que es un Hertz, un ciclo por segundo.

En tiempos de Bach no sé si se seguía tirando a gente por la borda o no, pero lo cierto es que el problema estaba lejos de estar resuelto, y es un problema matemático. Que matemáticamente no tiene solución en los términos que se plantea, si embargo Bach propuso lo que vendría a ser una “solución de compromiso” que aún determina la afinación de los instrumentos occidentales hoy en día. Es difícil excederse halagando a Bach. Aún así puede que no este dicha la última palabra sobre este problema.

No es ningún secreto, como la irracional raíz de dos de los pitagóricos, pero como decía no es muy conocido fuera del ámbito de la música o más bien de su estudio. Se llama, no por casualidad, coma pitagórica.

La música, y sobre todo la armonía (que vendría a ser la relación entre melodías) se forma por sonidos a unos determinados intervalos, que son las distancias entre las diferentes notas.

El problema es que si uno parte de una frecuencia determinada y va multiplicando por dos para calcular las octavas perfectas y a su vez hace lo mismo con otro intervalo, típicamente el de quinta para el ejemplo, se genera el desfase, una desviación creciente. Por eso se suele resumir en que “12 quintas no equivalen a 7 octavas”. Nunca logro desprenderme de la impresión de estar hablando en galones y yardas como si el sistema métrico aún no hubiera sido planteado.

Total, que la ilusión de esa armonía celestial y perfecta que nos transmite a veces la música, es eso, una ilusión. La cosa es que los números no cuadran bajo la segmentación de 12 notas en las que dividimos el intervalo de una octava. Y no es una entelequia matemática sutil e inapreciable a efectos prácticos, ni mucho menos. Antes de la afinación temperada propuesta por Bach se convivía con la llamada “quinta del lobo”, que al final suponía evitar ciertas notas en ciertas escalas ya que sonaban significativamente disonantes, de ahí lo del lobo, como una especie de aullido que al final no identifica otra cosa que la ya mencionada coma pitagórica.

Y Bach, en lo que sería una aproximación diríase que comunista a lo que supone el problema, lo que plantea es repartir ese desfase entre todas las notas de la octava para no llegar a una y que chirríe tanto. Mejor que todas estén un poco desafinadas y de ese modo se pueden tocar todas las notas en todas las tonalidades sin que ninguna suponga una disonancia tan significativa. Claro que el precio es desafinarlas todas. Luego, no hay intervalos perfectos más allá de la octava en la música actual. Y bueno, tampoco nos va tan mal, ¿no? Total, para la música que se hace.

Sucede que cuando Bach muere aún faltaban 107 años para que Hertz naciera. La idea de frecuencia como causa de la altura de la nota en relación a un determinado número de ciclos de oscilación está hoy mucho más asentada. No es poco el trabajo sobre ondas desarrollado desde entonces.

La imagen obtenida mediante infinidad de representaciones de formas de onda ha hecho mucho más clara la relación inversa entre longitud de onda y frecuencia.

De la misma manera que resumir la idea de comunismo en que “todos tengan lo mismo” o que “se reparta por igual a todos” es una apreciación muy burda, algo parecido podríamos objetar sobre la solución propuesta por Bach.

Y va a ser jodido que Marx tenga que venir hasta a afinarnos el piano, pero lo cierto es que si entendemos bien aquello de “a cada cual según su necesidad y de cada cual según su posibilidad”, vemos que el temperamento de Bach, aunque de vocación acertada, aún se podría refinar un poco.

Si no todas las notas tienen la misma frecuencia es porque no todas las notas tienen la misma longitud de onda. Luego, no es lo mismo, por ejemplo, añadir o restar 1 Hz respecto a los 440Hz del La 4 que hacerlo sobre cualquier otra nota. Porque proporcionalmente a su frecuencia el desvío que se genera es diferente. Es un hecho matemático.

Lo cierto es que no dispongo ni del tiempo ni del interés, y puede que tampoco de la capacidad, para abordar formalmente el estudio del problema hasta sus primeras causas. Supongo que, como todo en la vida, es una cuestión de prioridades. Pero el hecho de que Marx tenga que venir hasta para afinarnos el piano dice bastante de nuestro tiempo. Los grandes genios sólo hallan interlocutor en la posteridad. Los que no son olvidados, claro.

*P.D.: Haciendo algo más de prospección sobre el tema uno puede encontrar, contra la afirmación más ampliamente difundida y también aquí planteada, que el temperamento usado por Bach en la obra mencionada al parecer no sería exactamente el “temperamento igual” que divide la octava en 12 tonos idénticos que ha quedado establecido finalmente, sin que exista certeza absoluta sobre cual sería exactamente ese temperamento.

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Disciplinando el despido disciplinario

Desde luego esto no es un artículo de laboro pero considero que la cuestión reviste cierto interés general. Porque al final quien más o quien menos habrá sufrido algún que otro despido. O lo habrá practicado.

Y, fuera de los periodos de prueba, la fórmula clásica es el despido disciplinario. El que se vendría a aplicar cuando robas a la empresa (y por casos que se ven parece que hay que robar bastante) o cuando existe algún altercado grave (igual llamar joputa al jefe no alcanza para justificarlo). Aunque al final dependerá del juez.

Sucede que la citada fórmula no sólo se aplica en estos casos gravosos si no que cuando no se dan las condiciones técnicas para un despido “por causas objetivas” (cuestiones de balance de la empresa) suele ser la forma elegida.

Así, en la carta de despido se suelen leer coletillas clásicas como “la disminución continuada y voluntaria del rendimiento” y lindezas semejantes. Antes de la reforma de Rajoy la empresa podía reconocer en la misma carta la improcedencia del mismo, ahora toca ir al acto de conciliación sí o sí.

En el último al que asistí, que terminó ·sin avenencia”, la abogada me recriminó: ¿por 300 euros?

No es un reproche muy inteligente, en el sentido que yo podría decir exactamente lo mismo, y a buen seguro representan más para mí que para la empresa, que además incurrirá en los gastos de representación.

El tema, más allá de las cuestiones pecuniarias, es que siempre me ha quedado esa espinita clavada. Sin duda todos los despidos tienen una causa real, pero muy pocas veces tienen que ver con lo que se declara en la carta y las empresas suelen reconocer su improcedencia. Tampoco demostrar esos extremos es tarea sencilla si fueran reales. Pero la fórmula se escoge por motivos más mundanos.

La cosa es que si plantearan un despido por causas objetivas que no alcanzaran a demostrar (porque la realidad siempre es otra que la que hay en el papel) se terminaría declarando improcedente y el despido objetivo sí que exige un preaviso, que rara vez se suele ofrecer.

Así que se hace como disciplinario, previsto para situaciones graves y sobrevenidas, que naturalmente no implica preaviso alguno, aunque al final termine en la misma improcedencia.

Es cuestión de poner cualquier metirijilla tipo: fulano se toca los huevos a dos manos en lugar de trabajar, o cualquiera similar.

Y es aquí donde el reproche hace un poco de boomerang: ¿por 300 euros? Con ese tono de desprecio que cualquiera que lo lea se puede imaginar.

Y lo cierto es que la fórmula funciona desde tiempos inmemoriales porque en lo laboral, estatuto de los trabajadores en la mano, al juez no le queda más opción que declarar la improcedencia, aunque con esa pequeña gran mentira la empresa eluda abonar o proveer esos días de preaviso. En lo laboral.

Pero cualquiera con un mínimo de ética sabe que mentir para quitarle el dinero a alguien, o para no dárselo cuando corresponde, no está bien. Y sorprende que no las leyes no puedan prevenir una práctica tan sumamente extendida. ¿O sí pueden?

Desde luego no en el ámbito laboral que es por donde se cursan los procedimientos de despido, por las razones ya expuestas, pero el artículo 248 del código penal reza como sigue:

Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno.

Engaño bastante. Es bastante engaño lo que se declara en las cartas de despido disciplinario que se suelen ver, cuando no del todo. Y es suficiente para que el juez pase a dictar improcedencia (si no se acredita la procedencia del mismo) sin poder cuestionar las causas inicialmente aducidas por la empresa que, aún siendo desestimadas, generan un perjuicio patrimonial respecto a la improcedencia un despido por causas objetivas posteriormente declarado improcedente.

No hace falta ahondar en la tradición de un mayor preaviso en países más al norte ni en su consignación como derecho en la Carta Social Europea, basta ceñirse al marco legal nacional actual.

Así que lo que se produce en el momento que el juez sentencia la improcedencia del despido es una estafa en toda regla que el ámbito laboral a fecha de hoy no resuelve. Bueno, no pasa nada, siempre se puede ir por lo penal presentando denuncia en el juzgado de guardia una vez consumado el delito, con sentencia firme. Y así sigue el artículo 248 CP:

Los reos de estafa serán castigados con la pena de prisión de seis meses a tres años. Para la fijación de la pena se tendrá en cuenta el importe de lo defraudado, el quebranto económico causado al perjudicado, las relaciones entre este y el defraudador, los medios empleados por este y cuantas otras circunstancias sirvan para valorar la gravedad de la infracción.
Si la cuantía de lo defraudado no excediere de 400 euros, se impondrá la pena de multa de uno a tres meses.

Ojo que además va con propina. Y vuelve otra vez el inoportuno reproche: ¿por 300 euros?

Cierto es que lo hasta aquí expuesto no es una vía que hasta donde yo sé la jurisprudencia haya reconocido (ni siquiera conocido) pero supongo que todo se andará.

Y ojo, porque la carta de despido no tiene consideración de documento mercantil, sino todavía podríamos hablar de falsedad documental y calumnia, así que ¡aún contentos!

Vamos, que a la vez que te estafan y te insultan por escrito, te disciplinan, oye. Y no sólo sale gratis si no que hacen el agosto con ello. Pues mira, no te extrañe que a mí no me parezca bien… y todo.. por 300 euros, ¿eh?

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El tiempo del fotón

El tiempo del fotón

Últimamente, con demasiada frecuencia, vengo oyendo la afirmación de que a la velocidad de la luz “el tiempo se detiene”. Viniendo incluso de conocidos divulgadores, cuyos esfuerzos son de agradecer. Pero tanto en éste como en algún otro asunto, parece que no se hayan parado a examinar su afirmación con suficiente detenimiento. O tal vez sea ése mi caso, pero a fecha de hoy he aquí mis argumentos:

Tal vez sea más fácil visualizarlo con el ejemplo más cotidiano de coches viajando a una velocidad dada, pero al final es lo mismo. Aunque algunas peculiaridades hay a ciertas velocidades y emergen efectos nuevos.

Por ejemplo, si asumimos que la velocidad de la luz, en su eje de desplazamiento, es el máximo que permite el medio por el que se desplaza, el resultado es que a la “espalda” de fotón, de existir tal cosa, no podría llegar luz alguna. Por lo tanto debería verse todo negro.

Pero eso no quiere decir que los cambios dejen de sucederse en el espacio, ni que se detenga tiempo alguno, es sólo que la luz que de esos cambios se desprenda no va a poder alcanzar la espalda de este imaginario observador que sería el fotón.

La luz que provenga de otros ángulos cercanos a esa espalda (en los 180º respecto al eje de desplazamiento siendo el sentido del mismo 0º) empezaría a mostrarse “visible” con grandes corrimientos al rojo que deberían irse atenuando a medida que se alcanza el eje perpendicular al de desplazamiento (90º).

No obstante, toda luz que venga de frente será percibida en condiciones normales, con la salvedad que, al ser tanta la velocidad, el espacio que conocemos se vería tal vez todo iluminado, en función de la densidad de fuentes de luz en el medio, con una luz muy corrida al azul, por el efecto Doppler ya referido, que iría disminuyendo su corrimiento a medida que el ángulo de incidencia se acerca al eje perdendicular al desplazamiento, lo que daría lugar a un diagrama muy parecido al de los dos polos de un imán.

Ningún tiempo puede ser detenido porque ningún tiempo existe, aunque eso ya es harina de otro costal. Es posible hablar sin embargo de la percepción de los sucesivos cambios desde el punto de vista del observador. La imagen también recordaría hasta cierto punto al modelo de motor de curvatura propuesto por Alcubierre, y es que al final las física y el cosmos se rigen por principio básicos fundamentales, por lo que no es de extrañar encontrar los mismos patrones en distintos lugares, grosso modo.

Pero ya que de fotones se habla, no puede ser más oportuno invocar aquello de “una imagen vale más que mil palabras”. Es de suponer que esto es lo que verías si pudieras “pilotar” un fotón. Ojo con las curvas cerradas.

De hecho no debería ser muy complicado para alguien con conocimientos de programación hacer un modelo, pudiendo jugar con valores como la velocidad del observador, la densidad de fuentes de luz en el medio y su distribución. Luego además hay que saber interpretarlo, claro. Y aún después de eso, querer compartir las conclusiones.

Ah, y una cosa más: que el medio no permita superar la velocidad de la luz en el sentido del eje de desplazamiento por más energía que se añada, no quiere decir que añadiendo energía no se pueda afectar la frecuencia, que al final es lo que dentro del espectro visible percibimos como color y por debajo de éste como calor, seguramente por estar en resonancia con las moléculas que excita como es el caso de los microondas que tenemos en casa, sintonizados para hacer vibrar las moléculas de agua.

De lo que se deduce que hay mejores maneras de secar al gato. Y también de freírlo, si tal estupidez tuviéramos por objetivo, ya que quedaría bastante más perjudicado que el de Schrödinger. Lo interesante de esto es que, además del efecto Doppler, cabe pensar en otros fenómenos más allá del desplazamiento de la fuente de luz que pudieran estar actuando sobre el corrimiento al rojo y al azul observados.

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El problema de Podemos

Ayer escribí una reflexión a raíz del resultado electoral, al final preferí no publicarla, en parte por no hacer leña del árbol caído y en otra porque Espinar ya tuvo su momento oportunista en twitter, con más razones o menos.

Sin embargo, con el adelanto subrepticio de las generales declarado hoy, tal vez la reflexión se haga más acuciante ya que los plazos apremian, aunque en realidad lo que se plantea es una mirada al largo plazo tiene efectos en lo más inmediato, dejo aquí el texto para quien pueda interesar:

Recuerdo haberlos votado en aquellas europeas en las que dieron la sorpresa y hasta hoy, que viviendo en Barcelona no he ido a votar. Igual en algunas voté a ERC pero más o menos.

La cosa es que en todos estos años, a pesar de logros muy significativos, se están revelando carencias graves.

Tras concurrir a las primeras generales, ya se sabía que había un déficit de estructura comparado con otros partidos, pero lo cierto es que eso no da la impresión de haberse subsanado en absoluto.

Al contrario lo que hemos visto son puñaladas arriba y abajo, desde el principio y en todo lugar: aquí no somos podemos, aquí somos los comuns. Y aquí las mareas. En Valencia igual con compromís...

¿Candidatos? Siempre al fichaje, a la cara famosa, al camino fácil y rápido. Y hueco.

Para luego recoger más bien poco: Errejón, a su partido, Carmena por libre, Colau, a su rollo y el último capítulo de esta dinámica es Sumar.

O sea, poner a alguien ahí y que te dé la puñalada empieza a ser una constante. ¿Que la unión hace la fuerza? Bah, tonterías. ¿Que hay que trabajar duro para poner a los candidatos y que suene su cara? Tonterías también, ponemos a algún famosete, a la italiana.

Señores, esto no funciona así, y menos a la larga. Y ni siquiera voy a entrar en temas de comunicación, programa etc. Hablamos de lo más fundamental.

¿Y en qué redunda ese tipo de personalismo? Pues en que al no haber otros contrapesos, el candidadto se monta su chiringuito cuando le da la gana. Y eso sí que no puede ser.

Y vienen las generales y piensas, ¿de verdad se supone que he de votar a la lagarta esta que por muy buenas intenciones que tenga lo primero que ha hecho es darle la puñalada a los que la han puesto ahí?

¿Y qué queda en Podemos si se apuesta todo por un candidato y éste se da el piro? Para gobernar espero que sí, pero para selección de personal ya te digo yo que no. Puntualmente, puede pasar. Si está pasando todo el tiempo, hay un problema grave.

No hay camino fácil ni vía rápida. Hay trabajo serio, constante y resuelto en la unidad del partido. Porque hay que partir de la base de que divididos no somos nada y así es como lo quiere el adversario, y perdonadme compañeras la vulgaridad, pero parece que no hay nadie ahí con cojones para poner las cosas en su sitio. En las primeras elecciones se entiende, en las segundas, estamos empezando. Pero es que seguimos igual. A ver si nos centramos. Espero que sirva como aviso a navegantes para las generales.

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Las leyes de la Causalidad y la muerte del tiempo

Las leyes de la Causalidad y la muerte del tiempo

opinionincorrecta.blogspot.com/2023/07/las-leyes-de-la-causalidad-y-la

Se conoce, a merced de observaciones y de los postulados de la relatividad, que existe un relación inversamente proporcional entre la velocidad de un observador y su experiencia del tiempo.

Así, a mayor velocidad. se entiende que existe una “dilatación temporal”, es decir, que éste se ralentiza.

Tenemos por lo tanto dos magnitudes, la velocidad del observador y la del transcurso del tiempo cuya relación inversamente proporcional apunta a la conservación de un total de movimiento posible, máximo y mínimo a la vez.

Si aceptamos que hay una magnitud que se conserva, podemos definir tal magnitud como la hipotenusa de un triángulo rectángulo y asignar las velocidades a los respectivos catetos.

Y si hablamos de un total de movimiento posible es difícil no reparar en la constante relativista que es la velocidad de la luz.

La causa de esa relación inversamente proporcional entre la velocidad del observador y la del transcurso del tiempo se halla en la resistencia del medio.

El resultado es que el total de la energía se conserva independientemente de la velocidad del observador o la del transcurso del tiempo que experimente.

Y al final se cumple el dicho de que “si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.

Lo hasta aquí descrito no se puede decir que resulte de una complejidad inasumible, sin embargo si existen algunos problemas de concepto que impiden alcanzar las conclusiones expuestas:

1. El concepto de vacío

2. El concepto de materia

3. El concepto de tiempo

1. El concepto de vacío

Desde que Michelson y Morley descartaran experimentalmente la existencia del “viento del éter” con su interferómetro hasta el mismo Maxwell, que unificó electricidad y magnetismo, y la física en general, quedó en un cierto estado de consternación.

Se descartaba con ello, incorrectamente, la existencia del éter que se había postulado como medio para que se desplazara la onda electromagnética. A partir de entonces debió hacerlo sobre el vacío.

Y si ya es dramático desplazarse en el vacío, interpretado como una suerte de “nada”, con más razón lo es para una onda que carece de elementos constitutivos propios y no es más que una ondulación del medio.

El motivo es sencillo: se interpretó que el supuesto éter debería presentar mayor resistencia en el sentido de desplazamiento, de modo análogo a lo que sucedería en el mar o en la atmósfera. Sucede que, a medida que vamos yendo hacia medios más sutiles, nuevos efectos emergentes pueden darse en virtud de los mismos principios, y puede que no se sepan interpretar correctamente.

Al final éter y espacio (o espacio-tiempo en la relatividad) son la misma cosa. La luz es una excitación del espacio en un punto que se propaga en toda direcciones

El hecho es que, según la relatividad, la luz no ve afectada su velocidad en función del desplazamiento como sucede con otros elementos. En todo caso su frecuencia, según dicta el efecto Doppler.

Luego, si lo que se plantea es que a mayor velocidad de los objetos, estos experimentan los cambios con menor velocidad, tal vez la luz como constante pueda quedar al margen de dicho principio y permitirnos tener un reloj libre de tales distorsiones.

Sucede que, aunque la luz dé perfecto cumplimiento a los postulados de Einstein y su velocidad permanezca inalterable, lo que si se altera con el desplazamiento es su trayectoria, en la misma diferencia que un cateto es a la hipotenusa. Así que, aquí por otros motivos, seguimos sin un reloj fiable.

Por lo dicho hasta aquí, no es de extrañar, según lo publicado después por Einstein, que el experimento de Michelson y Morley de 1887, no diera el resultado esperado. No parece que el viento del éter, o la resistencia del espacio, o la impedancia del vacío, interfieran con la luz, acaso por carecer de masa.

Pero la ausencia de prueba no es prueba de ausencia.

Según la relatividad es precisamente la masa lo que modifica las características del espacio-tiempo, lo que venía siendo el éter, y todos los observadores deberían percibir la misma velocidad de la luz independientemente de su desplazamiento, así que no parece que las condiciones de aquel experimento del siglo XIX estén planteando la pregunta correcta.

La masa y la velocidad están estrechamente relacionadas. A mayor velocidad, mayor masa. Y lo cierto es que la gravedad sigue siendo uno de los fenómenos peor comprendidos.

No en vano la conocida como “catástrofe del vacío” ostenta el dudoso honor de ser considerada como “la peor predicción teórica de la historia de la física”.

2. El concepto de materia

Viniendo del paradigma anterior y por nuestra experiencia del mundo, solemos interpretar, erróneamente, que donde hay un objeto hay “algo” compuesto de materia y donde sólo has espacio no hay “nada”.

Lo cierto es que lo único que cambia es la densidad. El espacio, antes que ningún vacío, es algo. Recordemos a Parménides y su “sólo la nada puede no ser”. El espacio es el medio más sutil de nuestra experiencia, tanto que ha sido siempre confundido con ese vacío lleno de nada que sin duda no existe.

Es el sustrato imprescindible para cualquier estructura material. Y, de hecho, bajo el punto de vista ondulatorio, la materia no es otra cosa que una alteración del espacio que se traslada a través de éste, y para ello ha de vencer un resistencia, en relación a su velocidad y su masa. De ahí emanan los efectos gravitatorios.

Tal vez el mejor ejemplo visual sea la deformación que se crea en una cuerda fijada por un extremo cuando sacudimos el otro. Vemos una deformación viajar por la cuerda, sin mayor constitución que una configuración determinada de ésta. Alguna de esas ondulaciones adquieren una configuración estable y esos tipos de ondulación son los que conocemos como materia ordinaria.

Para quien no haya hecho nunca nudos, cabe recordar que el principio siempre es el mismo: una parte de la cuerda aprisiona a otra. Pero los diferentes tipos de “nudos” se crean exactamente con la misma cuerda, que en esta analogía representa al espacio tridimensional.

3. El concepto de tiempo

Se le suelen atribuir al tiempo, erróneamente, propiedades que caracterizan a una dimensión espacial, cuando nuestra experiencia cotidiana evidencia que eso no es cierto en absoluto.

Lo cierto es que el pasado sólo existe en la memoria y el futuro como expectativa del presente. Hay un espacio en el que se suceden cambios, en virtud de la causalidad, y estos determinan una secuencia.

Y solemos ordenarlos en un eje para representarlos, pero es un grave error confundir una representación abstracta con la realidad. No hay por lo tanto dimensión temporal por la que desplazarse, ni más ni menos deprisa y todavía menos hacia delante o hacia atrás. Lo que se conoce como “flecha del tiempo” es la tercera ley de la causalidad, estrechamente ligada con las leyes de la termodinámica y de Newton:

  1. Todo lo que sucede es inevitable.
  2. Todo lo que no sucede es imposible.
  3. Todo es irreversible.

Lo que termina de confundirnos es la llamada “dilatación temporal”. Al final lo que sucede es que no tenemos más manera de medir el “paso te tiempo”, que no son más que los cambios en la materia y el espacio, que con la propia materia y los cambios que en ella observamos. Y con luz, que como ya se ha referido presenta sus propios problemas.

Así, al comparar dos relojes, debido a su diferente relación de velocidad con el espacio, observamos que los que se desplazan a mayor velocidad respecto al medio experimentan una ralentización general del cambio, igual que toda la estructura material que les acompaña en su contexto, por lo que hemos entendido que es el tiempo lo que se ralentiza.

Una premisa errónea conduce a una conclusión errónea y si la primera no se corrige resulta imposible llegar a buen puerto.

Lo que sucede en realidad es que el omnipresente éter está ejerciendo una resistencia proporcional a la velocidad-masa respecto a los cambios que en su seno acontecen. Y de esta forma el total queda siempre conservado.

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En los últimos tiempos el llamado “vacío cuántico” ha venido a rescatar al vacío de la nada y a devolver al espacio (o éter) al lugar primigenio que le corresponde, pero aún persiste un enorme malentendido.

Tesla tenía muy claro que el vacío, la nada, no podía tener propiedad alguna y que por lo tanto no podría curvarse ante la gravedad como proponía la relatividad de Einstein con su espacio-tiempo, por lo tanto el llamado vacío no podía ser tal.

Y es obvio, no sólo que la onda necesita un medio para desplazarse, sino que la onda es en realidad expresión del medio. Y que, como con el ejemplo de la cuerda, nada se mueve de la manera que acostumbramos a interpretar si no que se transmite. Y que la materia no son más que nudos que se desplazan por esa cuerda sin que nada en su constitución se vea alterado, siendo su naturaleza última ondulatoria. En la línea de interpretación de la onda piloto de DeBroglie que merece comentario aparte.

Con esto, ya estaremos algo más cerca de responder a la pregunta, bastante más interesante de qué es la energía, aunque algo ya se ha esbozado aquí. Y otra aún, si existe alguna manera de obtener energía de ese descartado pero finalmente omnipresente éter. O del espacio, que desde luego no parece estar en absoluto vacío.

Espacio, materia, tiempo. Parece difícil acertar siempre en el error. ¿Casualidad o causalidad?

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El poder: ¿estados o multinacionales?

El poder (político, se suele omitir) reside en la punta de un fusil. O en la bocacha, o en plural, la afirmación de Mao (Zendong, Tse Tung) ha sido repetida en formas similares igual que la transliteración de su propio nombre y recogida por otras diversas voces.

Otro lugar común es el de la “correlación de fuerzas”, que en mi opinión es el intercambio desde el que el poder finalmente se origina.

Pero yo me vengo a referir a la valoración del Coronel Pedro Baños en relación a esa correlación de fuerzas.

En alguna de las numerosas intervenciones públicas recuerdo que fue preguntado sobre el escenario actual, que sin duda conoce mucho mejor que otros tantos, sobre si las multinacionales estaban en condiciones de ejercer su poder por encima del estado o, por el contrario, son los estados los que tienen bajo su control a tales entes privados. Transnacionales, corporaciones…

Su respuesta, razonada, es que en el momento actual, por su infraestructura, el poder aún está al final en manos de los estados, resumidamente. Pero sobre su afirmación caben a mi entender diversas apreciaciones:

En primer lugar cabría discernir qué estados. Porque presentan muy diversas capacidades, desde los estados fallidos a la potencia hegemónica del momento. No todos están en las mismas condiciones.

Y en segundo lugar, y más importante aún, cabe preguntarse quién controla finalmente a los estados. Desde luego es difícil pensar estando mínimamente informado que la voluntad popular resulta, ya no decisiva, sino realmente relevante ante determinadas decisiones.

Otra lectura invita a analizar los mecanismos y entresijos de lo que se ha venido a llamar el “estado profundo”, desde la expresión anglosajona “deep state”. Que a su vez provendría se ejército de funcionarios de muy diversos rangos que permanece inamovible elección tras elección más allá del resultado.

Y por último es imposible despreciar el papel de los estados en defensa de “sus” grandes empresas. Las comillas vienen a señalar el hecho de que los grandes conglomerados empresariales están finalmente en manos de accionistas que difícilmente representan intereses nacionales por delante de intereses de clase, aunque eso puede también ser bastante heterogéneo a lo largo de las distintas latitudes.

No se puede olvidar por ejemplo todo el papel jugado en la segunda mitad del siglo XX en Latinoamérica por parte de grandes empresas estadounidenses, y todavía.

Nada de lo hasta aquí dicho contradice la afirmación del coronel aquí expuesta, aunque ya en los años 20 los estudios de Hollywood contaran con fuerzas de seguridad privadas y hoy en día, un siglo después, las grandes potencias se valen de lo que técnicamente son empresas privadas de mercenarios en determinadas circunstancias antes que de tropas regulares, aunque por otros motivos.

Tampoco se puede ignorar el papel de los diversos lobbies y think tanks, grupos de presión, y del poder mediático en general, actores políticos de primer orden con los que el capital ejerce, como decía el personaje de Daniel Day Lewis en Gangs of New York, “el voto de la minoría”.

Pero sí, aceptemos que el poder se ejerce por parte de los estados como asevera Baños. Aceptemos la reflexión de Mao sobre el origen de dicho poder, con el tipo de violencia que ello implica. A la fuerza ahorcan, al fin y al cabo.

Pero la gran pregunta, que al final encierra el potencial para revertir el signo de la respuesta es:

¿Y quién controla los estados?

¿Seguro que desde occidente no estamos cayendo en un falso dilema al plantear esa disyuntiva entre estados y multinacionales?

El error no está en la respuesta, está en la pregunta. Y no es baladí porque en cierto modo la respuesta que le demos va a configurar nuestro perfil político en gran medida: aquellos que sientan que la opresión proviene del estado se alinearán con posiciones más liberales y los que perciban que esa opresión proviene de multinacionales o del poder económico seguramente se acerquen a posiciones más socialistas.

Lo cierto es que es el poder económico el que actúa en gran medida a través de los medios y multinacionales y éstas a través de los estados.

Se podría concluir que en tiempos de “paz” el poder es económico, lo cual socava en parte la afirmación de Mao. Pero lejos de vaciarla de contenido en realidad la confirma: las revoluciones van de subvertir el orden establecido, político y económico. Y la violencia, en una forma u otra, ejercida o tácita, tiene un papel ahí como bien señala en sus palabras.

lPero es que aún podemos rizar el rizo, Napoleón tenía muy claras las tres cosas que hacían falta para ganar una guerra: dinero, dinero y dinero. Cabría preguntarse entonces qué es exactamente el dinero, pero ya sería objeto de una reflexión aparte.

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Psicoanalizando Argentina

Vaya por delante que me gusta bastante Argentina, medio italianos hablando español en sudamérica, un poco locura.

Y ya que son tan proclives al psicoanálisis creo que, más aún después del resultado de las últimas elecciones, vale la pena sentarlos en el diván para encontrar ese trauma infantil que está en el origen del problema que es es la hiperinflación presente.

Y ese trauma es, con cariño y como ellos mismos dirían, que quieren cagar más alto que el culo. Miran a su alrededor y no se ven demasiado identificados, se suele bromear con que los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos. Se ven más... "occidentales". Europeos, Estadounidenses, más ese tipo de sociedad en algunos aspectos, además de en el más obvio color local. El subconsciente se nutre de nociones tan básicas como esa.

¿Por qué menciono esto? Pues porque aunque hay un sentimiento nacional bastante fuerte en Argentina (relevente el tema de Malvinas), hay también una consciencia bastante clara de lo que diferencia algunos tipos de países, en la cultura en general, en la gente de a pie. Vamos, que de alguna manera quieren ser Yankis. Europeos... más occidentales... más "primer mundo" y menos BRICS, algo así. Aunque los tiempos han cambiado mucho desde que se acuñaron esos conceptos y ya cabe dudar de que la capital del mundo siga siendo New York.

Y sí que son una de las culturas más modernas del cono sur aunque el grado de desarrollo económico e industrialización sea menor al de otros países.

Bajo mi punto de vista eso explica en parte, además de los factores económicos objetivos, la tendencia al ahorro en dólares que es en realidad la madre del cordero. Unido a una cierta cultura política, algo un poco a la italiana tal vez, pero el peronismo es un invento universal argentino. Irreproducible, seguramente, para bien o para mal.

El tema es que aspiran a ser algo que ni son ni van a ser, el caso de Argentina con el dólar, por contraste con todas la expectativas mencionadas y cuestiones de autopercepción, recuerda demasiado a situaciones como la de Venezuela. En cambio, están llamados a liderar junto a Brasil y México la zona económica al sur de los EEUU. Y al carajo el dólar.

Pero para eso hay que saber muy bien lo que se hace y se tienen que alinear unos cuantos intereses y capacidades. No es difícil intuir para el futuro en la línea de Mercosur la creación de una Banco Central casi panamericano cuya área de influencia llegue hasta las puertas del imperio. Es el mecanismo de defensa más obvio desde tiempos inmemoriales, el número.

El peligro es que termine en las manos de los intereses de siempre. Y que se la crean los ciudadanos, porque si no estaremos en las mismas. Pero el primer paso es dejar de depender del dólar para comerciar entre ellos.

Habrá que estar atentos a las economías emergentes de los BRICS basadas en recursos y productividad, más vinculadas a la economía real, que se perciben como futuro relevo del financiarizado dólar.

Más vale ser cabeza de ratón que cola de león, dicen por aquí.

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Encuesta apocalíptica

Encuesta apocalíptica

Pues nada, que el otro día me vino a la cabeza un breve diálogo que sería más o menos así:

-Entonces, ¿cuánto podría costarnos?

-Unos 7 u 8 mil millones.

-¿De dólares?

-De habitantes, caballero.

-(Silencio)

-¿Sigue queriendo saber más?

esperandoauntren.blogspot.com/2023/06/the-price.html

Al final es una pequeña hipérbole llevando a nivel planetario ese lema convertido en chascarrillo de "si te lo dijera, tendría que matarte". Pero me ha suscitado un pequeño dilema ético. Y a mi amigo también, claro.

Va un poco en la línea de lo de Adán y la manzana del conocimiento y esa historia, así que me dispongo a consultarlo con las mentes más sabias posible... pero antes os lo pregunto a vosotros :D

Aquí la encuesta:

www.meneame.net/notame/_poll

menéame