Se trata de un profesor jubilado al que dejó sin patrimonio tras pedirle a lo largo de tres años distintas cantidades con el pretexto de sufrir enfermedades, operaciones, accidentes o situaciones familiares extremas. La mujer alegó que él se enamoró y que ella le pedía diferentes sumas para sus "cosas" y sus "gastos". "Él sabía perfectamente que no le engañaba y que me tenía que pagar para estar conmigo. El dinero era para mí", zanjó.
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"Según los hechos considerados probados, ambos se conocieron en el club de alterne donde ella trabajaba y establecieron "una relación de íntima amistad". "
ES QUE TE TIENES QUE REÍR
Pedir un dinero, el otro se lo da libremente, dònde está el delito?
Y al señoriño no le pareció rara tanta operación...