En España, las cifras son alarmantes: 762 personas fallecieron en accidentes laborales en 2023, y 2,5 millones de trabajadoras viven en la pobreza, pese a tener un empleo. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Porque hemos permitido que el capital se imponga sobre la dignidad humana, que el trabajo se reduzca a números y productividad, mientras las personas quedan en segundo plano. ¿Cuántos contratos temporales más, cuántos despidos improcedentes y cuántos salarios de miseria necesitamos para entender que este sistema está roto?