Usar cebos envenenados está prohibido y penado en España, pero cazadores, agricultores o ganaderos aún usan esta peligrosa y dañina práctica para erradicar fauna silvestre que les "molesta", en especial, depredadores. Las víctimas son buitres leonados, córvidos, milanos, zorros, águilas imperiales, osos pardos y lobos ibéricos, y en los últimos años perros y gatos domésticos, pues llegan cada vez más cerca de zonas urbanas. Muchas sustancias son tan tóxicas que matan en segundos y se propagan por la cadena trófica por depredadores y carroñeros.