Nuestros ojos viven sometidos a las ilusiones ópticas. Pueden percibir una misma realidad de diversas maneras en diferentes ocasiones, ver cuadrados donde hay triángulos e incluso sombras donde no existen. Y es que la luz, su intensidad, el brillo, el color o el movimiento tienen gran poder sobre el sentido de la vista y sobre nuestro cerebro. Pero, ¿qué pasa con los ordenadores? Los ordenadores no tienen un cerebro como el humano. El suyo lo definimos y entendemos como (casi) perfecto, aunque aún le queda mucho para llegar a ser tan complejo..