#1 La mía se puso tarima flotante, e ipso facto tiró a la basura las pantuflas de mopa, y se compró tacones de aguja con suelas de acero inoxidable. Además, ahora camina las 24 horas, no solo por el día.
#2 No, esa es mi vecina de arriba. Por la tarde pelea, por la noche reconciliacion, si puntua con nota luego no hay pelea en semanas. Yo el mensaje lo he entendido y no vivo arriba
Volviendo al hilo conozco a una señora con un perrete que se despierta bien entrada la madrugada, el perrete, y se decica a lanzar la pelota contra la pared "toc toc... toctoctoc... toc toc..." hasta que por lo visto se agota... he visto gatos menos cabrones...
****GILIPOLLAS****
El mejor insulto del idioma castellano.
Esa sonoridad, esa contundencia, ese significado que lo abarca todo, lo agusto que te quedas.
Sí se lo dices a alguien, no hace falta decir más.
Un buen portazo marida muy bien con este insulto y es un buen remate.
Para mi es mas sancionable el que amenaza con sanciones a un trabajador que se quiere marchar a su hora que el que le llama gilipollas tras oir la amenaza.
#6 Incluso en el supuesto de que le quedasen quince minutos de su jornada laboral y fuese una falta disciplinaria no debería llevar despido si antes no ha habido otras.
Marcharse en ese momento dando un portazo puede ser considerado una falta, pero yo no lo consideraría una falta grave, que implica penalización de días con empleo y sueldo. Y lo de "15 minutos del descanso" habría que ver los registros de jornada de la empresa, que probablemente consistan en que cada uno meta en una aplicación más o menos lo que les da la gana y no pasa nada mientras no se columpien demasiado.
" Días antes, tuvo lugar una reunión entre la empresa y los trabajadores para dar cierta información por el departamento de calidad, estando esperando a que viniera la totalidad de la plantilla. Sobre las 15 horas, el demandante manifestó que se marchaba porque acababa su jornada laboral.
En ese momento, la administradora le advirtió que si se marchaba podía ser sancionado por desobediencia, teniendo en cuenta que había disfrutado de 15 minutos de descanso, contestándole el actor: "a ver si te atreves gilipollas", y se marchó en este momento dando un portazo."
Quizás lo de "gilipollas" es excesivo, pero nadie te puede obligar a quedarte más allá de tu jornada laboral. Como mucho se te puede notificar una falta grave por el insulto, pero creo que hacen falta varias para que te puedan despedir.
#5 Yo siempre me he imaginado que en estos casos, llegados a esta situación, el juez debería investigar y dirimir si realmente el sujeto de la ofensa es o no gilipollas, y si, por ende, se trata de un insulto o de una descripción.
Es que molaría mucho.
Mire, señor Martínez, después de mucho deliberar, he determinado que efectivamente es usted gilipollas, y por lo tanto nadie le ha insultado.
O que no puede presumir de ofensa al honor alguien que no tiene honor... Es muy medieval, sí, pero no deja de tener su punto de razón...
#8 Estaría guapo que funcionase bidireccionalmente cuando la empresa te presiona para contrarte como junior por la mitad del salario que tenias en tu empresa anterior teniendo 15 años se experiencia.
#4 La figura del despido disciplinario es necesaria. Las empresas tienen derecho a protegerse de alguien que les roba, les rompe la buena fe contractual, les perjudica a ellas y sus compañeros, etc.
Cuando uno firma un contrato asume una serie de obligaciones. Pasa en toda sociedad civilizada.
Otro asunto muy diferente es el recurrente abuso de esta figura para no pagar indemnización al despedir.
#0. "Despido Disciplinario"... Neolengua en toda su gloria. No somos esclavos de nadie, somos clase obrera. Es la fuerza de nuestro trabajo la que levanta este país y sostiene su maltrecha democracia.
Pues tendremos que disfrutar ese derecho. Igual no os olvideis de gastar los días de libre elección, que anualmente se renuevan y dependiendo del contrato son unos extras de vacaciones.
#17#22 Yo he pensado que qué bien operada está. Hay algunas que se pasan con las operaciones, como Nicole Kidman, y otras que se hacen lo justo como Monica o Elsa Pataki.
Volviendo al hilo conozco a una señora con un perrete que se despierta bien entrada la madrugada, el perrete, y se decica a lanzar la pelota contra la pared "toc toc... toctoctoc... toc toc..." hasta que por lo visto se agota... he visto gatos menos cabrones...
A veces por la noche sale corriendo, mueve los muebles, taconea y pone carteles pasivoagresivos en el ascensor.
El mejor insulto del idioma castellano.
Esa sonoridad, esa contundencia, ese significado que lo abarca todo, lo agusto que te quedas.
Sí se lo dices a alguien, no hace falta decir más.
Un buen portazo marida muy bien con este insulto y es un buen remate.
GILIPOLLAS. MÁS.
Marcharse en ese momento dando un portazo puede ser considerado una falta, pero yo no lo consideraría una falta grave, que implica penalización de días con empleo y sueldo. Y lo de "15 minutos del descanso" habría que ver los registros de jornada de la empresa, que probablemente consistan en que cada uno meta en una aplicación más o menos lo que les da la gana y no pasa nada mientras no se columpien demasiado.
En ese momento, la administradora le advirtió que si se marchaba podía ser sancionado por desobediencia, teniendo en cuenta que había disfrutado de 15 minutos de descanso, contestándole el actor: "a ver si te atreves gilipollas", y se marchó en este momento dando un portazo."
Quizás lo de "gilipollas" es excesivo, pero nadie te puede obligar a quedarte más allá de tu jornada laboral. Como mucho se te puede notificar una falta grave por el insulto, pero creo que hacen falta varias para que te puedan despedir.
Es que molaría mucho.
Mire, señor Martínez, después de mucho deliberar, he determinado que efectivamente es usted gilipollas, y por lo tanto nadie le ha insultado.
O que no puede presumir de ofensa al honor alguien que no tiene honor... Es muy medieval, sí, pero no deja de tener su punto de razón...
Cuando uno firma un contrato asume una serie de obligaciones. Pasa en toda sociedad civilizada.
Otro asunto muy diferente es el recurrente abuso de esta figura para no pagar indemnización al despedir.